El cardenal y prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Kevin Farrell, presidió la vigilia por los misioneros mártires, en la Basílica de San Bartolomé, en la Isla Tiberina de Roma, el martes 26 de marzo. El purpurado encabezó un momento de oración en memoria de quienes dieron su vida por el Evangelio en los últimos años.
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La celebración contó con luz de velas, cada una de ellas por cada mujer y cada hombre que dieron su vida para difundir el mensaje de Dios por el mundo. Se evocaron los nombres y las historias de religiosas y religiosos, laicos y pastores; católicos, pero también ortodoxos, anglicanos y evangélicos. «Los cristianos perseguidos nos muestran, en todas las épocas, que nada es superior al vínculo con Cristo», precisó Farrell.
«En los mártires vemos que la comunión con Jesús es mucho más preciosa que la vida terrena, que los lazos familiares, que todo», afirmó. También estuvo presente en la celebración Marco Gnavi, responsable de la Oficina para el ecumenismo, el diálogo interreligioso y los nuevos cultos de la diócesis de Roma. «Los cristianos siguen muriendo: mueren porque viven plenamente el Evangelio», reiteró.
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