Sacerdotes exiliados de Nicaragua celebran Misa después de 6 meses detenidos por dictadura

Los presbíteros Ramiro Tijerino, Sadiel Eugarrios, José Luis Díaz y Oscar Benavidez, quienes fueron expulsados la semana pasada, celebran nuevamente la Misa, después de estar detenidos durante 6 meses por la dictadura de Daniel Ortega. Los sacerdotes formaron parte del grupo de 222 considerados opositores al gobierno sandinista que fueron exiliados a Estados Unidos.

4 sacerdotes exiliados de Nicaragua, quienes fueron expulsados la semana pasada, celebran nuevamente la Misa, después de estar detenidos durante 6 meses por la dictadura de Daniel Ortega. Los presbíteros Ramiro Tijerino, Sadiel Eugarrios, José Luis Díaz y Oscar Benavidez formaron parte del grupo de 222 considerados opositores al gobierno sandinista que fueron exiliados el 9 de febrero pasado a Estados Unidos. Los sacerdotes celebraron su primera Misa después de varios meses, pero esta vez en suelo estadounidense el 10 de febrero pasado, en la capilla de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).

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El padre Tijerino, al día siguiente, presidió una segunda Eucaristía, concelebrada por los otros tres sacerdotes, en la parroquia San Marcos Evangelista, en el estado de Maryland. En la Misa también participaron el seminarista Melkin Centeno y el camarógrafo Sergio Cárdenas. Los 4 presbíteros como Centeno y Cárdenas pertenecen a la diócesis de Matagalpa, cuyo obispo, Rolando Álvarez, fue condenado hace unos días a 26 años y 4 meses de cárcel tras ser acusado de «traidor a la patria». Los 6 exiliados habían sido condenados el 6 de febrero pasado a 10 años de cárcel, acusados también de «traición a la patria» por la dictadura nicaragüense.

La homilía del 11 de febrero estuvo a cargo del padre Eugarrios. Culminada la Misa que los sacerdotes exiliados de Nicaragua celebran, el padre Ramiro Tijerino relató que durante su encierro en la cárcel de torturas de El Chipote fueron sometidos a constantes interrogatorios, los obligaron a dormir en literas de cemento y les prohibieron tener contacto entre ellos. El padre Sadiel Eugarrios agradeció a Dios por haberle permitido celebrar la Misa «después de casi 6 meses». «Como sacerdote, al no celebrar una Eucaristía, al no poder comulgar el Cuerpo de Cristo, al no beber su Sangre, me sentía que estaba incompleto. Hoy renové esa fe», destacó.

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