El arzobispo de Salta, Mario Cargnello, preside la celebración en la que los salteños renuevan el Pacto de Fidelidad al Señor y la Virgen del Milagro, en el monumento 20 de febrero, con la presencia de fieles que cumplieron el límite de aforo autorizado por las autoridades provinciales por el COVID-19, durante la tarde del miércoles 15 de septiembre, en el marco de la solemnidad del Milagro. La celebración se realizó después de la tradicional procesión, en el que las de las sagradas imágenes recorrieron la ciudad, acompañadas por el prelado local y los custodios de la catedral.
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«¡Señor del Milagro! ¡Qué lindo es poder estar delante de tu imagen bendita y descubrir en Ti, de la mano de Nuestra Señora del Milagro, la luz que alumbra las tinieblas de nuestra vida y de nuestra historia! ¡Tú eres la luz del mundo! ¡Te damos gracias! ¡Que tu Santo Espíritu nos ilumine para poder discernir con claridad cuáles son las tinieblas de nuestras vidas y de la historia de nuestro pueblo, abriéndonos a la luz de tu Persona y de tu mensaje!», reflexionó. «Son muchas las notas de nuestra época que afectan a la vida de familia, el descenso demográfico, el debilitamiento de la fe y de la práctica religiosa, una mentalidad antinatalista promovida por las políticas mundiales de salud reproductiva, y por la falta de coherencia de legisladores que se profesan cristianos, por la falta de una vivienda digna», denunció el arzobispo Cargnello, en la celebración en la que renuevan el Pacto de Fidelidad al Señor y la Virgen del Milagro. Exhortó a que cada uno «coloque en su corazón de cristiano, a la Iglesia». «Que la renovación del Pacto de Fidelidad sea una oportunidad para decirle al Señor: ¡recibe a los hermanos que se fueron a causa del COVID y líbranos de esta pandemia! Amén», imploró el prelado.
En Buenos Aires, el nuncio en Argentina, Miroslaw Adamczyk, presidió Misa central del Señor y la Virgen del Milagro en la parroquia Nuestra Señora de la Consolación del barrio porteño de Villa Crespo, cuyo templo —a cargo de los agustinos recoletos— es el único del país que dispone de réplicas de las originales salteñas, lo que permite que los fieles que se encuentran lejos de su tierra natal puedan continuar la festividad en la ciudad porteña. Animó a que «confesemos con nuestra boca, mente y corazón que Jesús es nuestro camino, nuestro Señor y Salvador que venció a la muerte para darnos la vida eterna». «Nuestros proyectos morirían con nuestra muerte si no hubiese sido por Jesús. Su cruz es símbolo de sufrimiento, pero también de resurrección y esperanza cristiana», aseguró el nuncio. Al referirse a la Virgen María, enfatizó que ella «nos enseña fortaleza para sobrellevar los sufrimientos, tenemos su compañía y Ella, a quien su Hijo la designó nuestra Madre, nos da la fuerza para afrontar nuestros propios dolores, pidámosle que nos infunda su gracia». Adamczyk acompañó a los presentes para renovar el pacto de fe.
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