Las religiosas en Ucrania continúan con la atención a los heridos y sus familias, a pesar del creciente riesgo que se corre en las zonas atacadas del país, tras la invasión rusa, tal como precisó Magda Kaczmarek, responsable de los proyectos de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) para Ucrania, quien está en contacto permanente con la Iglesia local y los colaboradores de proyectos que apoya la fundación pontificia.
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Suscríbase al boletín de VenLAfirmó que las comunidades religiosas permanecen en las ciudades de Ucrania para atender a la población, dado que aún mantiene un estrecho contacto con las numerosas congregaciones femeninas que se encuentran en la zona de los ataques. «Las religiosas están llenas de miedo y preocupación, pero también saben que cuentan con el apoyo de la oración y la solidaridad mundial», explicó Kaczmarek, quien se refirió a la conversación que tuvo con una religiosa de un convento del norte de Ucrania. El nombre de la religiosa y el lugar deben permanecer ocultos por razones de seguridad, pero, según los medios de comunicación, en este lugar se libra una brutal batalla. Indicó que de noche las religiosas, que continúan con la atención a los heridos y sus familias en Ucrania, tuvieron que refugiarse varias veces en el sótano, y duermen con sus hábitos para poder salir corriendo de sus celdas en cualquier momento.
¿Cómo viven las religiosas de #Ucrania estos días de guerra? Duermen con sus hábitos para poder salir corriendo de sus celdas en cualquier momento. #LaIglesiaSeQueda #Ukraine️ 👇https://t.co/gKLR8nHZKa
— Ayuda a la Iglesia Necesitada (@AyudaIglesNeces) March 9, 2022
Enfatizó que además de noche se apagan todas las luces del convento para no ser blanco de ataques aéreos. Aseguró que incluso el sótano del convento se volvió demasiado inseguro debido a los feroces combates, por lo que, por la noche, las monjas se refugian en un refugio antiaéreo. Varias bombas ya cayeron cerca del convento y mataron a una joven familia, tal como sostuvo Kaczmarek. «Las hermanas acogieron en su convento a 3 familias que temían por sus vidas», precisó, al reiterar que no es una tarea nueva para las religiosas, dado que ya antes del inicio del ataque de las tropas rusas a finales de febrero, muchas personas acudían a ellas; también familias afectadas por la guerra comenzada en 2014. «Nos quedaremos mientras estén aquí las hermanas. Cuando ella se vayan, nos iremos también nosotros», aseguraron muchos vecinos, al referirse a las religiosas, que son son también un signo de esperanza y orientación.
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