El régimen chino volvió a nombrar otro prelado sin aprobación del Papa Francisco, tras designar a Shen Bin, como nuevo obispo de Shanghái, quien tomó posesión el martes 4 de abril, en una nueva violación del «acuerdo provisional» entre China y el Vaticano sobre el nombramiento de obispos —cuyo texto es secreto—, el cual se renovó en septiembre pasado
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«La Santa Sede fue informada hace unos días de la decisión de las autoridades chinas de trasladar a Joseph Shen Bin, obispo de Haimen, a la diócesis de Shanghai, y se enteró por los medios de comunicación de la toma de posesión esta mañana», aseguró Matteo Bruni, director de la oficina de prensa del Vaticano, el 4 de abril. «Por el momento, no tengo nada que decir sobre la valoración de la Santa Sede al respecto», indicó Bruni.
La carta de nombramiento procede del Consejo de Obispos Chinos, que lidera el mismo Shen. Este organismo no está reconocido por la Santa Sede y se somete al Partido Comunista Chino (PCCh). Según información que circuló en el sitio chino de mensajería WeChat, Shen sostuvo que continuará con la tradición de «patriotismo y amor» (sic) en la Iglesia en Shanghái. El prelado dijo que acatará el principio de independencia y autogestión, propio de la dictadura china, y continuará con esfuerzos para adaptar a la cultura china el catolicismo en China.
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