El régimen chino incrementa su persecución contra cardenal y obispo emérito de Hong Kong, Joseph Zen, de 90 años, tras ser condenado por el Tribunal de Kowloon West a pagar una multa de unos 500 dólares al ser declarado culpable, junto a otros 5 activistas, de no haber registrado supuestamente a tiempo un fondo de defensa legal constituido para ayudar a los manifestantes en las protestas antigubernamentales de 2019. El juicio contra el purpurado comenzó en septiembre pasado y concluyó el viernes 25 de noviembre.
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La sentencia con la que el régimen chino incrementa su persecución contra Zen fue emitida por la jueza Ada Yim. El dictamen indicó que la entidad denominada ‘Fondo de Ayuda Humanitaria 612’ no fue registrada ante las autoridades de acuerdo a la Ordenanza de Sociedades de la región semiautónoma. Hasta su cierre, hace aproximadamente un año, dicho fondo había ayudado a miles de manifestantes que participaron en las manifestaciones de hace 3 años. El 11 de mayo pasado, la policía había detenido a Zen y a otras 4 personas por el cargo más grave de colusión con fuerzas extranjeras, un delito contemplado en la draconiana ley de seguridad impuesta por Pekín en el verano de 2020.
La defensa había pedido en el transcurso del juicio que se desestimara el caso, dado que los administradores de los fondos no tenían derechos ni obligaciones entre sí, de modo que no constituyeron una sociedad. Además, los abogados defensores habían impugnado la constitucionalidad de la ley de sociedades, que restringe «de manera desproporcionada» la libertad de reunión. La jueza Yim había propuesto modular la pena en 3 categorías diferentes en función del rol de los acusados. Fuentes en el lugar indicaron a ‘Asia News’ que el purpurado se negó a recibir una sentencia más leve. «Todos estamos en el mismo nivel», indicó Zen a Margaret Ng, una de las coacusadas.
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