En un reciente comunicado de prensa emitido por la misma diócesis de Samalut, se anunciaba el inicio inminente de las grabaciones de la película sobre los mártires de Libia asesinados por el Estado Islámico. Estas fueron aprobadas el pasado mes de enero y pospuestas por la epidemia de coronavirus. La grabación de testimonios y materiales útiles para la redacción y revisión del guión, encomendada al escritor Mina Magdy, comenzó hace tiempo.
El texto del guión se basa en las historias de los familiares de los mártires, casi todos nativos de la región de Samalut. El texto que se transformará en película, antes de alcanzar el clímax de las escenas sobre el martirio, el descubrimiento de cuerpos en una fosa común y el regreso de los restos a Egipto, rememora la vida de los jóvenes coptos asesinados por los yihadistas, mostrándolos en su vida cotidiana y familiar, marcada por los esfuerzos, las esperanzas y los deseos de un futuro mejor. Los mismos deseos que habían empujado a los mártires a emigrar a Libia, en busca de un trabajo decente y útil para mantener a sus respectivas familias.
La dirección de la obra está a cargo del cineasta Yussef Nabil, quien en el pasado ya ha realizado otras historias cinematográficas de martirio cristiano. El anuncio del plan de trabajo y del inicio de la obra, —explica en wataninet.com Nader Shoukry, miembro de la comisión encargada de revisar el guión—, también tiene como objetivo buscar recursos para apoyar el ambicioso plan de trabajo. El comunicado de prensa emitido por la diócesis de Samalut también informa del mensaje emitido por los cineastas involucrados en el proyecto, quienes piden a todos «orar para que el Señor complete el trabajo con nosotros, ayudándonos a hacer la película de la mejor manera, para que se convierta en un testimonio de la fuerza de los mártires, para todas las generaciones futuras».
Los 20 coptos egipcios y su compañero de trabajo ghanés fueron secuestrados en Libia a principios de enero de 2015. El vídeo de su decapitación fue publicado en internet por sitios yihadistas el 15 de febrero siguiente. Una semana después de la noticia de la masacre, el patriarca copto ortodoxo Tawadros II decidió inscribir a los 21 mártires asesinados por el Estado Islámico en el Synaxarium, el libro de los mártires de la Iglesia copta, estableciendo que su memoria se celebrase el 15 de febrero.
Los restos mortales de los coptos asesinados en Libia por los yihadistas fueron identificados a fines de septiembre de 2017 en una fosa común en la costa libia, cerca de la ciudad de Sirte. Sus cuerpos fueron encontrados con las manos atadas a la espalda, vestidos con los mismos trajes naranjas que usaban en el macabro vídeo filmado por los verdugos en el momento de su decapitación.
Este año, en la diócesis copta ortodoxa de Samalut, los ‘mártires coptos de Libia’ fueron celebrados de forma solemne en el V aniversario de su martirio. Las celebraciones, del 1 al 16 de febrero se realizaron en la iglesia santuario-museo dedicado a los mártires coptos, edificado en Samalut en un tiempo récord con la ayuda del gobierno egipcio.
«El vídeo que muestra su ejecución —señaló después de la masacre Anba Antonios Aziz Mina, obispo católico emérito copto de Guizeh—, fue construido como una escalofriante puesta en escena cinematográfica, con el objetivo de difundir el terror. Sin embargo, en ese producto diabólico de ficción y horror sediento de sangre, se ve que algunos de los mártires, en el momento de su ejecución bárbara, repiten ‘Señor Jesucristo’. El nombre de Jesús fue la última palabra que afloró a sus labios. Como en la pasión de los primeros mártires, se confiaron a Aquel que pronto los recibiría. Y así celebraron su victoria, la victoria que ningún verdugo les puede quitar. Ese nombre susurrado en el último momento fue como el sello de su martirio». Película mártires Estado Islámico Libia