El párroco de la Sagrada Familia en Gaza, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, regresó para brindar apoyo espiritual y material, por lo que va a trabajar incansablemente y hacer todo lo posible para aliviar el sufrimiento y llevar esperanza a quienes se vieron afectados por el conflicto en la región. La comunidad cristiana, ortodoxa y católica se redujo considerablemente.
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Suscríbase al boletín de VenL«Es difícil describir mis sentimientos porque fui misionero en Gaza durante casi 19 años y ahora, cuando finalmente pude regresar, muchos de mis conocidos y fieles ya no están», aseguró el padre Gabriel, a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). El presbítero misionero lamentó «la pérdida en la comunidad cristiana de 36 personas, 20 de las cuales murieron debido a los bombardeos del ejército israelí o a los disparos de francotiradores».
Explicó que «los demás sucumbieron principalmente a la falta de medicamentos». «Quiero quedarme aquí porque esta es mi misión. Si bien es posible que me llamen a servir en otro lugar en el futuro, estoy convencido de que, por ahora, mi deber como sacerdote y párroco es estar aquí, ofreciendo ayuda en todas las formas posibles», ratificó.
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