Un tribunal local de Pakistán rechaza en los últimos días el pedido de libertad bajo fianza del cristiano Anwar Masih, de 57 años, quien lleva más de 2 años en prisión tras ser acusado falsamente de blasfemia. Masih fue acusado por la policía de difamar al profeta Mahoma, un delito penal en el país de Asia del Sur, después de una disputa familiar. Actualmente, su familia, que vive escondida, recibió varias amenazas de muerte. Activistas y abogados de derechos humanos exigen un trato justo en las causas por blasfemia.
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La familia de Masih y varios activistas de derechos humanos precisaron que continúa el calvario de Anwar Masih, cuyo caso surgió después de que la hija de Anwar, Samreen Bibi, se casara con un musulmán en 2017, y se haya convertido también a la fe islámica. Poco después, la esposa del acusado, Kousar Parveen, también se convirtió al islam. Para curar las fisuras creadas en la familia por la situación, Kousar recurrió a la policía local. En lugar de procurar una mediación, la policía acusó a Anwar —a quien un tribunal local de Pakistán rechaza en los últimos días su pedido de libertad bajo fianza— de maltratar a su esposa e hija por su decisión de convertirse. Los agentes policiales detuvieron el 2 de junio de 2020 al hombre por presunta difamación del profeta del islam.
Imran Masih, uno de los hijos de Anwar, reveló que sus hermanos fueron presionados para convertirse al islam y demostrar que la familia no está en contra del credo musulmán. Imran explicó que él y los miembros de su familia recibieron amenazas de muerte y se ven obligados a vivir en la clandestinidad. Además, aseguró que la fe cristiana de su familia es fuerte y que están dispuestos a entregar sus vidas para permanecer fieles a Dios. Los activistas de ‘Voice for Justice’ y los abogados de derechos humanos exigieron al poder judicial que desaconseje el uso indebido de la ley sobre la blasfemia y que ponga en libertad a las personas que fueron acusadas con pruebas infundadas y falsas.
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