Los obispos de Nicaragua se refieren a la salida del país del nuncio, Waldemar Sommertag, a quien le agradecen su acompañamiento en la «labor pastoral, haciendo presente el Magisterio y la persona del Papa», a través de un comunicado emitido el miércoles 9 de marzo. La Nunciatura Apostólica en Nicaragua precisó el lunes 7 de marzo que su representante en Managua se «ausentó del país» el domingo 6 de marzo, y que el secretario, Marcel Mbaye Diouf, fue quien quedó al frente de esa misión diplomática.
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Suscríbase al boletín de VenL«Nuestra Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha sido informada que el señor nuncio Waldemar Stanislaw Sommertag, el domingo 6 de marzo de 2022 ha salido de Nicaragua hacia Roma. Como Conferencia Episcopal de Nicaragua reiteramos nuestra adhesión y cercanía al Papa Francisco, como también agradecemos al señor nuncio Waldemar quien siempre nos ha acompañado en nuestra labor pastoral, haciendo presente el Magisterio y la persona del Papa. Por cuanto se refiere a su acreditación ante el Gobierno de Nicaragua este asunto es de exclusiva competencia bilateral de la Santa Sede y del Gobierno de Nicaragua por lo tanto, esta Conferencia Episcopal por deferencia y respeto a los procedimientos de la Santa Sede, se abstiene de pronunciarse sobre este tema», indicaron los obispos de Nicaragua, en el texto en el que se refieren a la salida intempestiva del país del nuncio, sin dar más detalles al respecto.
Anteriormente en declaraciones a ‘Canal 10’, el presidente de la CEN, Carlos Herrera Gutiérrez, sostuvo que entre el nuncio y el gobierno de Daniel Ortega «no se han dado buenas relaciones, entonces, posiblemente, el Papa ha decidido que renuncie a esa función». Herrera consideró que «había ciertas limitaciones» en la comunicación. ‘Gaudium Press’ explicó que se comenta que uno de los puntos de quiebre en esas relaciones fue cuando el nuncio empezó a hablar de «presos políticos» en el país. Además, Sommertag siempre se mostró en su tiempo muy cercano a Silvio Báez, el obispo que se convirtió en símbolo de la defensa de los derechos humanos en Nicaragua, y que por orden vaticana fue a vivir a Roma. El gobierno de Ortega anuló, en diciembre pasado, el cargo de Decano del cuerpo diplomático que por definición correspondía al nuncio. La salida del nuncio se realizó sin aviso a nadie del cuerpo diplomático, sin despedida ante los obispos y sin anuncio de regreso.
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