Los obispos de México defienden la presencia de símbolos cristianos en espacios públicos frente al debate que habrá próximamente en la Suprema Corte de Justicia sobre una demanda que busca prohibir los pesebres en las calles de un ayuntamiento de Yucatán. El miércoles 9 de noviembre, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) analizará una demanda de amparo que pretende prohibir en los espacios públicos la colocación de «objetos decorativos en alusión al ‘nacimiento de Jesucristo’ los meses de diciembre y enero». Si bien la demanda está centrada en el Ayuntamiento de Chocholá, en el estado de Yucatán, su aprobación sentaría un precedente para prohibir estos símbolos en todo el país.
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La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió el domingo 6 de noviembre un mensaje para solicitar a los ministros de la SCJN que valoren los efectos que tendrá sobre el derecho a la libertad religiosa, una sentencia a favor de la demanda. Al respecto, el presidente del Frente Nacional por la Familia, Rodrigo Iván Cortés, enfatizó que un fallo favorable a esa demanda también afectaría la presencia de imágenes de la Virgen de Guadalupe y otras en las calles de México. La CEM reiteró que el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el derecho a la libertad religiosa y su manifestación «tanto en público como en privado». Indicó que un verdadero Estado laico supone la protección de este derecho, al permitir «la libertad de creer o no creer, incluso de cambiar de credo u opciones fundamentales». Los prelados recordaron que en México, particularmente en la primera mitad del siglo pasado, «una corriente política sumamente intolerante quiso prohibir el ejercicio no sólo público, sino también privado de la libertad religiosa, así como de culto».
MENSAJE DE LA CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO: LIBERTAD RELIGIOSA, CON SU EXPRESIÓN INDIVIDUAL Y SOCIAL, SÍ.
NO AL LAICISMO, QUE BUSCA LA AUSENCIA O “NEUTRALIDAD” RELIGIOSA EN LA VIDA PÚBLICA DE NUESTROS PUEBLOS. pic.twitter.com/zNNeVnAuqh— CEM (@IglesiaMexico) November 6, 2022
Aseveró que la persecución religiosa que ocurrió durante esos años «fue una manifestación de una visión autoritaria y equívoca de la función del Estado, que no puede regir el fuero interno de las personas, es decir, su conciencia». «El Estado Laico no puede ser comprendido como la ausencia, la falsa neutralidad de lo religioso. La eliminación de cualquier signo religioso supone ya la afirmación ‘de la increencia’. Esta posición ha ido configurando la corriente ‘laicista’, cada vez más desplazada en el mundo moderno», consideraron. Los obispos de México, que defienden la presencia de símbolos cristianos, explicaron a la SCJN que las creencias religiosas «tienen manifestaciones concretas que no se pueden negar», dado que estas no son una idea, «sino una opción, una forma de vida, que va haciéndose cultura». «Pretender imponer una sociedad sin referentes religiosos es, implícitamente, querer un sólo estilo de vida, arreligioso, es decir en donde prevalezca la negación de las creencias religiosas. Este modelo discrimina a los seres humanos que sí tienen opciones religiosas y es contrario al Estado Laico. Es absurdo buscar eliminar toda manifestación pública de la vida religiosa», afirmó la CEM.
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