Los obispos de los Estados Unidos alertaron de las nuevas técnicas contrarias a la fe para la disposición de los restos mortales, al explicar que estas cenizas no pueden ser transformadas en alhajas, ni ser esparcidas en el aire, mar o tierra, cuyos asuntos fueron abordados en el reciente documento ‘Sobre la adecuada disposición de los restos mortales’. El texto, publicado en marzo de 2023, fue elaborado por los prelados que integran el Comité de Doctrina de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), presidido por el obispo de Brownsville, Texas, Daniel Flores.
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Los prelados aseveraron que no son aceptables los procesos de hidrólisis alcalina y compostaje humano como técnicas alternativas al entierro o la incineración, después de que surgieron empresas que ofrecen convertir los restos mortales de una persona en diamantes u otros objetos. Además, a estas prácticas se sumaron otras técnicas como la técnica de hidrólisis alcalina y el compostaje humano. Indicaron que estas técnicas contrarias a la fe católica no respetan el cuerpo humano, dado que al quedar este totalmente desintegrado, no queda nada distintivo de la persona para ser colocado en un ataúd o en una urna y llevarse a un lugar sagrado para orar en su recuerdo.
U.S. Bishops’ Doctrine Committee Issues Statement on the Proper Disposition of Bodily Remains | Read the complete press release here: https://t.co/NhQPdnvcS7
— U.S. Conference of Catholic Bishops (@USCCB) March 23, 2023
Reiteraron, al citar el Catecismo de la Iglesia Católica, que la Iglesia considera que el entierro es la forma más apropiada para disponer del cuerpo del difunto. «La Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos. Sin embargo, no prohíbe la cremación», recordaron. Explicaron que en este último caso los requerimientos básicos para disponer respetuosa y adecuadamente de las cenizas es que sean colocadas en un lugar sagrado, como cementerios, columbarios, o criptas y mausoleos de las iglesias. Enfatizaron que así se muestra el respeto a los restos del difunto y se manifiesta la esperanza cristiana en la resurrección de los muertos.
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