Los obispos de Austria afirmaron que «el suicidio asistido nunca debe entenderse como un servicio médico o como un servicio de una profesión sanitaria», en un comunicado emitido el martes 1 de junio. El Tribunal Constitucional de ese país despenalizó el suicidio asistido en diciembre de 2020, decisión que se haría efectiva desde el 2021. La Conferencia Episcopal de Austria pidió a las autoridades ofrecer a los enfermos «ayuda para seguir viviendo», en lugar del suicidio asistido.
Colabore con Verdad en Libertad
«Morir es parte de la vida, pero no matar. Por lo tanto, el suicidio asistido nunca debe entenderse como un servicio médico o como un servicio de una profesión sanitaria», afirmaron los obispos de Austria, en un mensaje de 5 páginas, en el Día de la Vida de la Iglesia en ese país. «Los límites de la autodeterminación se hacen evidentes en las crisis de la vida, en el caso de una experiencia grave de sufrimiento o ante una muerte que se hace tangible», sostuvieron los prelados. Aseguraron que «es una ilusión creer que podemos decidir de forma completa e independiente en cualquier momento».
Indicaron que «como también admite el Tribunal Constitucional, la experiencia nos enseña diferentes cosas: ¡nos necesitamos los unos a los otros!». «El hombre es un ser social, siempre dependiente y receptivo a las expectativas y valoraciones de las personas que lo rodean. Sabemos por innumerables encuentros con los moribundos que la última fase de la vida, en particular, puede ser una bendición. En muchos casos, aún son posibles encuentros importantes y momentos de reconciliación», explicaron los prelados, tras denunciar que «una opción ampliamente publicitada para suicidarse ejerce presión sobre todos aquellos que enfrentan la vida hasta la muerte natural y dependen de la ayuda de otros para hacerlo».
Puede interesarle: Obispos de Austria: «Quien expresa el deseo de morir no necesita ayuda para suicidarse, sino cercanía humana, alivio del dolor».