El obispo de Orán, Luis Scozzina, exhorta a «liberarnos de las ideologías, de todo tipo que no hacen al anuncio del Evangelio de Jesús», al presidir en la catedral y santuario Nuestro Señor y Virgen del Milagro la Misa estacional en honor de la bienaventurada Virgen del Milagro, el lunes 13 septiembre. Con la celebración se inició el triduo del Milagro, que continuará los próximos días con la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y la solemnidad del Señor del Milagro. La Eucaristía estuvo concelebrada por el arzobispo de Salta, Mario Cargnello; el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín; el obispo emérito de Puerto Iguazú, Marcelo Martorell, y sacerdotes del clero local.
Colabore con Verdad en Libertad
Scozzina se refirió en la homilía a la Palabra del Señor, que nos invita a contemplar a la Madre, «aquella mujer simple y sencilla de Nazaret que se dejó interpelar por la Palabra del Señor». «Ella, es el modelo para nuestra vida cristiana, donde necesitamos recuperar la capacidad de escucha, escuchar la Palabra que el Señor nos dice en este tiempo, en este momento de nuestra vida de la Iglesia donde estamos invitados todos como Iglesia peregrina a la escucha, para poder caminar juntos», reflexionó, tras hacer referencia a la vocación cristiana, «que se hace solamente cuando hay una capacidad de escucha y de discernimiento del tiempo presente, en los signos que el Señor muestra en la historia concreta de nuestro pueblo, especialmente en nuestro pueblo más sufriente». «Queridos hermanos, en este día, como peregrino venido del norte de nuestra provincia, quiero traer y poner a los pies de la Madre tantas situaciones de dolor, tantas situaciones y tantos signos de muerte, tantas realidades de vidas despreciadas y atropelladas», explicó el prelado.
«Vivimos en los últimos tiempos en nuestro norte una realidad de mucho dolor, porque de pronto en nombre de un derecho, de la aplicación de una ley, se pierde esa sensibilidad para con la humanidad frágil. Cuando perdemos esa sensibilidad nos transformamos en agentes del espíritu del mal, porque no respetamos, no consideramos la dignidad de la persona humana», aseveró, al mencionar no solamente a la vida por nacer sino también a «tanta infancia desprotegida y descuidada». Frente a esta situación, el obispo Scozzina puso en manos de la Virgen María «tanto dolor, tanto sufrimiento» y exhorta a «que genere en nosotros, los devotos de la Virgen y el Señor del Milagro, esos sentimientos de compasión, solidaridad y respeto del otro, y liberarnos de las ideologías, de todo tipo que no hacen al anuncio del Evangelio de Jesús».
Puede interesarle: Arzobispo Cargnello: «Mirar a Jesucristo en la cruz es aprender que no hay otra clave en la vida que dar la vida».