El obispo de Hyderabad, Pakistán, Samson Shukardin, aseveró que «se están operando cambios siniestros y reina el miedo», al referirse, además de la situación estructural, a las otras amenazas para la vida y el bienestar de los cristianos, que representan más del 1% de la población pakistaní que es de mayoría musulmana. El aumento de los islamistas que atacan con regularidad a los cristianos es uno de los principales problemas, inclusive en lugares como Hyderabad, donde los fundamentalistas tienen presencia reducida.
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«Se están operando cambios siniestros y reina el miedo, aunque no aceche un peligro inmediato grave», indicó el obispo de Pakistán, al afirmar que «es un grupo pequeño, pero su influencia es importante». Aseguró que hay límites a lo que el gobierno, tanto local como central, puede hacer para combatir la amenaza fundamentalista. Se refirió a la ley antiblasfemia pakistaní, por la que decenas de personas fueron encarceladas injustamente e incluso condenadas a muerte, que sigue intacta. «En mi diócesis, hubo un caso que afectaba a los cristianos, pero también los hay con hindúes y personas de otras religiones. Este asunto viene de lejos. Sabemos que no podemos anular esta ley, pero pedimos que al menos se reelabore de tal manera que no se vean afectadas por ella personas inocentes», advirtió.
Explicó que «a menudo, se acusa a inocentes por ajustes de cuenta personales, celos o motivos religiosos». Al referirse a la situación en su país durante una visita a la sede internacional de la fundación pontificia ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN)’, el prelado precisó la desesperante situación de muchos cristianos, especialmente, de los jóvenes. «Los cristianos son los más pobres de entre los pobres. Son débiles económicamente y muchos analfabetos. El principal reto para los cristianos es la educación: tienen que educarse igual que el resto de la sociedad; de lo contrario, no tendrán recursos para salir de la pobreza», sostuvo.
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