El obispo de Ondo, Nigeria, Jude Arogundade, indicó que «el olor a sangre todavía está fresco en la iglesia», al clamar justicia por las víctimas de la masacre de Pentecostés, en su reciente viaje a Estados Unidos, donde habló en una cena en Washington, en las vísperas de la segunda Cumbre Internacional sobre Libertad Religiosa que se realizó del 28 al 30 de junio pasado. El prelado sigue conmocionado por las secuelas del atentado perpetrado en la Misa de Pentecostés celebrada en la iglesia de san Francisco Javier, donde unos 50 fieles fueron masacrados.
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Suscríbase al boletín de VenL«El olor a sangre todavía está fresco en la iglesia», precisó el obispo de Nigeria, frente a una audiencia de congresistas, miembros de ONG y grupo de expertos estadounidenses, dedicados a la causa de la libertad religiosa. La fundación internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre coorganizó el evento y patrocinó la participación del prelado. «¿Qué otra cosa sino pura maldad puede inducir a una persona a matar de esa manera a un niño de 4 años y a otro de 2 durante la Misa en una iglesia?», cuestionó, al calificar de «acto de genocidio» la masacre de Pentecostés. El prelado imploró ayuda a Estados Unidos para hacer justicia y para proteger a los cristianos nigerianos, y el ex congresista Frank Wolf solicitó el nombramiento de un enviado especial para Nigeria o la región del lago Chad, así como una comisión parlamentaria para Nigeria.
@BishopJudeA asks the #IRFSummit2022 audience to use power, influence and prayers to help hold the Nigerian government accountable for the religious violence that is happening too frequently in Nigeria. The country must not fail; if it does, it will be a problem for the world.
— IRF Summit 2022 (@IRFSummit) June 29, 2022
Arogundade, que prometió «dedicar su vida a buscar justicia» para las víctimas del islamismo, aseveró que el atroz atentado es expresión del permanente intento de crear un califato desde hace más de 200 años, iniciado por el yihadista islámico ‘Usman dan Fodio’, lo cual explica el ensañamiento de la violencia contra los cristianos en Nigeria. En una conversación posterior con la fundación pontificia, sostuvo que los indicios apuntan a que la masacre de Pentecostés fue perpetrada por pastores Fulani islamistas, si bien el gobierno nigeriano aún no identificó formalmente a los asesinos. Consideró que el silencio de las autoridades, agravado por el hecho de que el propio presidente Muhammadu Buhari es un Fulani, hace temer cierta indiferencia, si no complicidad.
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