El obispo auxiliar y exiliado de Managua, Silvio Báez, denunció la «repugnante y cínica» puesta en escena que el fin de semana llevó a cabo la dictadura de Nicaragua al mostrar al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, condenado injustamente a 26 años y 4 meses de cárcel. Medios afines al régimen difundieron fotos y un video del prelado, con su uniforme azul de preso, que se encontró el sábado 25 de marzo con sus hermanos en la cárcel conocida como ‘La Modelo’.
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Suscríbase al boletín de VenL«Me he alegrado mucho al ver las fotos de mi hermano, Mons. Rolando. ¡Doy gracias a Dios que está vivo! La escenografía de la dictadura ha sido repugnante y cínica y no borra su crimen. Se ha revelado la fuerza de la oración del pueblo y la presión internacional. ¡Libérenlo ya!», indicó el prelado, exiliado en Estados Unidos, en un tuit. En octubre de 2022, la Corte Interamericana de Derechos Humanos publicó un informe en el que da cuenta de que, en esa cárcel, se cometen una serie de violaciones a los derechos humanos como el hacinamiento de los presos, falta de atención médica, agresiones del personal de la cárcel, ingesta de comida mezclada con detergente, entre otras.
Me he alegrado mucho al ver las fotos de mi hermano, Mons. Rolando. ¡Doy gracias a Dios que está vivo! La escenografía de la dictadura ha sido repugnante y cínica y no borra su crimen. Se ha revelado la fuerza de la oración del pueblo y la presión internacional. ¡Libérenlo ya! pic.twitter.com/krtP4yRwKU
— Silvio José Báez (@silviojbaez) March 26, 2023
La abogada e investigadora nicaragüense, Martha Patricia Molina, consideró que «el régimen cedió ante la presión social, y obviamente todo fue un montaje para hacer un espectáculo y decir que el obispo no está secuestrado, sino en un sitio vacacionando». «Monseñor Rolando José es un obispo de paz y bien. Hemos observado a un obispo humilde, fortalecido, sereno y alegre, pero maltratado en su aspecto físico. Todo el tiempo demostró humildad para enseñarle a sus verdugos que él no paga mal por mal», afirmó la autora del informe ‘Nicaragua, ¿Una Iglesia perseguida?’.
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