El obispo de la eparquía católica de Adigrat, Tesfaselassie Medhin, denunció que se encuentran afectados los programas de servicio pastoral, por el impacto de la crisis en Tigray. Desde hace 3 años, la población sufre el hambre, ciudades y casas saqueadas, hospitales destruidos, empresas arrasadas, lugares sagrados profanados, violaciones. Hace unos días, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional suspendió temporalmente la ayuda humanitaria, debido a robos e inseguridad general, tras más de 2 años de hostilidades entre el Ejército Federal Etíope y las milicias tigrinas.
Colabore con Verdad en Libertad
Precisó que reza «por el pueblo tigrino y también para que se ponga fin a la violencia atroz y a los sufrimientos que tienen lugar en otras regiones del país». Casi todos los 6.000.000 de habitantes de Tigray dependen de la ayuda alimentaria, tras 2 años de guerra civil y restricciones impuestas por el gobierno a la ayuda humanitaria que llevaron a algunas partes de la región al borde de la hambruna. «Confío siempre en una voz seria, concertada, pública e inequívoca y en un llamamiento de todos los líderes religiosos para que se ejerza una presión pacífica sobre todos los responsables de la toma de decisiones en todos los contextos de emergencia y precariedad», afirmó.
Medhin también se refirió al problema de las minas terrestres, que causan la muerte de niños y civiles en las zonas de las que se desplazaron los ocupantes, y la restauración de las infraestructuras destruidas. Al hablar de los actos criminales, violaciones de derechos, secuestros, violencia de género, bloqueos de pueblos y carreteras que se perpetran en la región, el prelado explicó que «todo ello tiene un gran impacto en el bloqueo y restricción de nuestros suministros y programas de servicio pastoral».