El obispo de Maroua-Mokolo, Bruno Ateba, denunció que sigue habiendo ataques esporádicos de Boko Haram en el extremo norte de Camerún, al referirse a la situación que atraviesa desde la 2013 la jurisdicción eclesiástica situada en la frontera con Nigeria sufrió ataques del grupo islamista.
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«La situación estuvo más tranquila durante algún tiempo, pero sigue habiendo ataques esporádicos. En el plano militar, Boko Haram ya no tiene tanto poder. Antes, tenían todas las armas pesadas. Hoy en día, ya no es así, aunque algunos aún las poseen. Sin embargo, siguen siendo bandidos que vienen a robar alimentos, ganado, dinero e incluso ropa. Las 2 parroquias que se encuentran directamente en la frontera, la parroquia de Mutskar y la de Nguetchewe, son las que más sufren», indicó el prelado.
Explicó que «suelen ser víctimas de dos o tres ataques al mes debido a que los terroristas buscan alimentos y recursos». «Por la noche, la mayoría de las personas que viven cerca de la frontera con Nigeria no duerme en sus hogares; algunos incluso pasan la noche en los árboles… La gente vive con miedo. Cuando visito estas parroquias, voy acompañado por soldados, a quienes llamo mis ‘ángeles de la guarda’», afirmó.
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