El obispo de Banja Luka, Bosnia-Herzegovina, Franjo Komarica, denuncia que la minoría católica del país sigue siendo discriminada, en una conversación con la fundación pontificia ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ (ACN), en la que indicó que a pesar de que haya transcurrido ya más de 25 años desde los Acuerdos de paz de Dayton, la convivencia sigue marcada por los conflictos. «Desde el final de la guerra, Bosnia-Herzegovina sigue siendo un estado provisional. El país está siendo administrado de facto por un representante internacional, el alto representante. Aunque, desde 1995, está fueron 8 con este cargo, esta presencia no convirtió al país en un Estado de derecho», sostuvo Komarica.
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«Los políticos locales no tienen las condiciones ni el poder necesarios para convertir a Bosnia-Herzegovina en un Estado de derecho con buen funcionamiento», explicó, al ser consultado al motivo por el que en una entrevista reciente se refirió al país denominándolo ‘Absurdistán’, un estado imposible. «Bosnia-Herzegovina es un Estado con 3 grupos étnicos —serbios, bosníacos y croatas— y dos entidades —Federación de Bosnia-Herzegovina y República de Srpska—. La República de Srpska se encuentra bajo la influencia de Rusia; la Federación, bajo la influencia de Turquía o el mundo islámico. Y el tercer grupo étnico, los croatas —que constituyen la mayoría de la población católica—, perece. Nos dejan abandonados, ya no nos sentimos en casa en ningún lugar», aseveró.
El prelado enfatizó que «los católicos están desfavorecidos en todos los aspectos: político, social y también económico». «Los católicos suelen tener problemas si tienen un nombre croata. También les resulta difícil encontrar trabajo. Todavía hay una parte del país, Herzegovina Occidental, donde pueden vivir mejor pero, también allí, los católicos están emigrando», sostuvo el obispo de Bosnia-Herzegovina que denuncia la discriminación que padece la minoría católica.
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