Ali Ehsani, católico afgano exiliado en Italia, precisó que «muchas familias cristianas presentes en Kabul viven escondidas y con miedo», al asegurar que está en contacto con una de ellas, en una entrevista con la agencia SIR, el jueves 19 de agosto. Explicó que la situación en Afganistán es demasiado complicada para los cristianos después que los talibanes tomaron la capital del país el 14 de agosto pasado. En Afganistán más del 99,86% de la población es musulmana; el grupo más numeroso es el de los suníes. Los cristianos en Afganistán son una pequeña comunidad en un país de mayoría islámica, con una importante población radicalizada partidaria de los talibanes. Algunos afganos que se convirtieron al cristianismo en secreto permanecen en la clandestinidad. La presencia de la Iglesia católica se articula por medio de una misión sui iuris con sede en la embajada italiana de Kabul.
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Suscríbase al boletín de VenL Ehsani imploró a los países cristianos que no abandonen al pueblo afgano. «Durante estos días estoy en contacto con una de las muchas familias cristianas presentes en Kabul. Viven escondidas y con miedo. Ayer hablé de nuevo con una de las 5 hijas. Lloraba, no tienen comida desde hace días», sostuvo, tras indicar que esta hija le narraba cómo la familia vive en el miedo, sobre todo tras la detención del padre hace unos días. Aseguró que tiene miedo de que la detención haya sido culpa suya por haberles enviado la grabación de una Misa que podría haber sido detectada por los talibanes. «Temo que haya sido culpa mía, porque hace unos días le envié la grabación de una Misa. Estaban felices de poder al menos escucharla porque en Kabul no hay iglesias. Pero alguno de los vecinos podría haberla escuchado y denunciarlos a los talibanes», consideró el católico afgano exiliado, quien moviliza en Kabul a amigos que pueden ayudarle a rescatar a la madre y a las 5 hijas.
El presidente ejecutivo de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Thomas Heine-Geldern, indicó que el análisis que realizó la fundación pontificia sobre la situación en Afganistán «por desgracia, no deja mucho espacio para la esperanza», en una declaración el jueves 19 de agosto. «Todos los que no abrazan las opiniones islamistas extremas de los talibanes están en peligro, incluso los suníes —musulmanes— moderados», alertó. Zabihullah Mujahid, portavoz de los talibanes, en su cuenta de Twitter declaró al país como ‘Emirato Islámico de Afganistán’, en el día en que se cumplen 102 años de la independencia de la dominación británica. «Lamentablemente, varios países no tardaron en declarar sus simpatías por el nuevo Emirato», enfatizó.
«Esto no solo legitimará a los talibanes, sino que envalentonará a los regímenes autoritarios de todo el mundo, especialmente en la región, estimulando las crecientes violaciones de las libertades religiosas en sus propios países», aseguró. «Este reconocimiento internacional de los talibanes también actuará como un imán para los grupos islámicos radicales más pequeños, creando una nueva constelación de facciones terroristas que podría suplantar formaciones históricas como Al Qaeda y el Estado Islámico. Entre otras áreas, nos preocupan Pakistán, Palestina y la provincia de Idlib en Siria», reiteró Heine-Geldern, al aseverar que «la situación de los cristianos y otras comunidades religiosas minoritarias que ya sufren discriminación en estos lugares se deteriorará aún más».
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