Misioneros brasileños de la Missão Belém atienden a niños y adolescentes en una de las regiones más pobres del país, en medio de una grave situación de pobreza, inestabilidad y violencia en Haití de la que fueron testigos, que se agravó por el asesinato del presidente Jovenel Moïse —fue masacrado a tiros en su casa en Puerto Príncipe—. El hermano Hélio Silva Ferreira y la hermana Vanessa Matias dos Santos realizan una labor dirigida a los más vulnerables, dado que después del terremoto que afectó al país caribeño hace 11 años, la misión abrió una casa en la capital, en el barrio pobre de Warf Jeremie, que es considerada una zona de pobreza extrema.
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La hermana Matias dos Santos de la Missão Belém —que nació en 2005 y fue aprobada por la arquidiócesis de São Paulo en 2010— aseguró que la pobreza en Haití es «muy diferente de lo que se ve en Brasil», dado que la gente «no tiene absolutamente nada, saneamiento, agua, energía». Los misioneros brasileños, que atienden a niños y adolescentes, indicaron que la violencia se fue «agravando en los últimos años», lo que provocó que la «gente termine atrapada en sus hogares». «Esto afecta al centro —de la Missão Belém—, pues el año escolar no funciona como debería, y las actividades deben ser detenidas», precisó la hermana. Hay niños que solo viven con su mamá o papá, adolescentes que viven de favores o niños que se quedaron aquí con una abuela, una tía y sus padres se fueron al interior», explicó.
«Incluso hay casos de niños que vienen por cuenta propia y piden plaza para estudiar aquí en el centro y nosotros tratamos de acogerlos», sostuvo. La Missão Belém realiza los fines de semana actividades con los niños, para lo que cuentan con la ayuda de los propios jóvenes de la comunidad, quienes también participan en capacitaciones y retiros. El hermano Silva enfatizó que, en 2019, un grupo de 10 jóvenes asistidos por la Missão Belém Haití pudieron participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Panamá. Actualmente, atienden a 2.200 niños y adolescentes en Haití y cuentan con 6 misioneros y 220 empleados.
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