Más de 25.000 cristianos asirios celebran el comienzo de la Semana Santa, en la ciudad de Qaraqosh, en Irak, el 10 de abril pasado, después de casi 10 años de persecución, y al pasar un año de la histórica visita del Papa Francisco al país de Oriente Próximo. Qaraqosh, una ciudad asiria de mayoría cristiana ubicada en la Llanura de Nínive, está a unos 32 kilómetros al sureste de Mosul, la ciudad que en 2014 fue la capital de facto del Estado Islámico en la región. Tanto en Mosul, en Qaraqosh y en otras ciudades en la Llanura vivían 1.500.000 de cristianos en Irak. Tras segunda invasión estadounidense en 2004 y el levantamiento de Estado Islámico en 2014, solamente quedan 300.000 cristianos.
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Qaraqosh fue el epicentro cristiano de Irak durante la procesión y Misa por el Domingo de Ramos, que fueron presididas por el patriarca sirio católico de Antioquía, Ignace Youssef III Younan. También estuvo acompañado por el nuncio en Irak, Mitja Lescovar; el arzobispo de la diócesis sirio-católica de Hadiab y el resto de la región del Kurdistán, Nathanael Nizar Samaan; el arzobispo de la diócesis siríaca de Bagdad, Ephrem Youssef Abba Mansour; y el obispo del exarcado patriarcal de Basora y el Golfo para los católicos siríacos, Atanasius Firas Dardar. La procesión, donde la multitud de fieles caminó junto con el patriarca Younan que llevaba una cruz adornada con ramas de olivo, salió de la catedral de la Inmaculada Concepción de Al-Tahira. La iglesia fue profanada y quemada por el Estado Islámico, pero tras el apoyo de organizaciones católicas como ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ se restauró a tiempo para la visita del Papa Francisco en marzo de 2021.
Los cristianos, que rezaban el Rosario en árabe y siríaco por las calles de la ciudad y cantaban canciones del Domingo de Ramos, llegaron de pueblos de los alrededores y de diferentes regiones de Irak, incluso había exiliados irakíes de Europa, América y Australia. Qaraqosh se reconstruyó parcialmente y se estima que solo regresó la mitad de su población cristiana original. El clero católico, el primer grupo en volver después de la derrota del Estado Islámico, lidera el esfuerzo de reconstrucción. La procesión del Domingo de Ramos estuvo decorada con hojas de palma, rosas, colores vivos y trajes folclóricos característicos de esta festividad. «Estamos aquí para anunciar al mundo que estamos en esta región como hijos de la esperanza, hijos del amor que quieren vivir una vida digna bajo el estandarte de la cruz y de la única bandera irakí. Aquí celebramos la ocasión de la entrada del Señor en Jerusalén, mientras hasta las piedras claman: ‘Hosanna al hijo de David’; y la iglesia que fue incendiada por el Estado Islámico, fue restaurada para gritar, mientras sus piedras claman fuera: ‘Hosanna al hijo de David’, aseguró el patriarca Yonan, en ceremonia en Irak en la que más de 25.000 cristianos celebran el comienzo de Semana Santa.
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