El asesor jurídico de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea, José Luis Bazán, denunció que «la persecución de creyentes en Occidente es un fenómeno cada vez más generalizado», tras advertir del «mal uso del discurso de odio, la obligación a adherirse a determinados principios que son contrarios a la conciencia y a la religión; y el gran problema de objeción de conciencia en áreas como el aborto o la eutanasia».
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Suscríbase al boletín de VenL«Uno podría pensar que en países como España o Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda no existe persecución religiosa. Sin embargo, hemos de distinguir que no estamos hablando de casos como Nigeria, Pakistán, Irak o Siria. Estamos hablando de otro tipo de persecución que el Papa Francisco ha denominado la persecución amable, educada y de guante blanco… Estamos hablando del intento de expulsión de la religión y de obstaculizar el acceso a la educación religiosa», lamentó, al precisar de otras formas que se dan en España y en otros países.
Recordó el caso de Estados Unidos, en el que «una mujer madre de 6 hijos entre 10 y 17 años, por deseo, por sus convicciones cristianas de adoptar otro niño». «Una viuda con un marido que murió hace 6 años en un accidente y sin embargo en Oregón, el estado donde ella vive, no puede acceder a la adopción simplemente por sus ideas cristianas. Uno de los conceptos que funcionan mejor y que es socialmente aceptado es el de discurso del odio… En Occidente el discurso del odio pasa por el fomento, por la incitación a la violencia, la discriminación y la intolerancia», explicó.
«En el ámbito de la discriminación y la intolerancia estamos hablando de conceptos tremendamente vagos y difusos. Una crítica justificada de la unión legal entre personas del mismo sexo porque una persona entiende que el matrimonio debe aplicarse como concepto únicamente a 2 personas, varón y mujer, en una unión estable y monogámica. Ciertamente esa es una crítica que uno puede pensar que está bien o mal, pero es una crítica que en democracia debe permitirse. Eso no puede entenderse como un fomento del odio bajo ningún concepto», aseguró Bazán.
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