El organismo International Christian Concern (ICC), que monitorea la persecución en todo el mundo, reveló que la persecución contra los cristianos es mayor en países con gobiernos corruptos, en su estudio ‘Corrupción y persecución cristiana’, publicado en septiembre pasado. El informe evidenció que la corrupción dentro de los organismos gubernamentales genera políticas discriminatorias contra los seguidores de Cristo, al citar ejemplos de países clasificados como las peores naciones para ser cristiano.
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Suscríbase al boletín de VenLLa corrupción gubernamental generalizada en Afganistán permitió que las interpretaciones extremistas de la ley islámica ganen terreno, poniendo en grave riesgo a los ex musulmanes que se convierten. Muchos cristianos conversos enfrentan amenazas de muerte y exclusión social, mientras que las autoridades toleran estos crímenes en lugar de proteger los derechos legales de las minorías religiosas en el país de mayoría musulmana. En Nigeria, la corrupción gubernamental afecta a la protección de la comunidad cristiana, que es víctima de la violencia islamista desde hace años.
La corrupción facilitó la falta de rendición de cuentas por los crímenes violentos contra los cristianos, que representan casi el 70% de los asesinatos religiosos en el país. La negligencia en la protección de los creyentes nigerianos está relacionada con las relaciones corruptas entre las autoridades locales y los grupos extremistas. La situación es similar en Azerbaiyán, donde el ejército tomó el control de Nagorno-Karabaj –una región habitada por 120.000 cristianos de etnia armenia– el año pasado.
En India, la combinación de ideología nacionalista hindú y corrupción gubernamental promueve la opresión de las minorías religiosas, incluidos los cristianos. La población cristiana es tratada de manera discriminatoria en las fuerzas del orden y la policía no está interesada en proteger sus derechos. En Eritrea, la corrupción generalizada entre los funcionarios del gobierno facilitó la dura represión contra el cristianismo. En el país, los cristianos son víctimas de graves violaciones de derechos humanos. Están detenidos en condiciones inhumanas sin juicio. Ya en China, la corrupción permite que los cristianos enfrenten vigilancia, detenciones arbitrarias y castigos severos sin el debido proceso, mientras el gobierno comunista trabaja para suprimir el cristianismo.
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