Jaime Septién: «En la última década nos hemos percatado del tema tan profundamente lacerante que es la persecución religiosa en nuestro mundo»

El 8 de abril de 2017 se realizó el IV Encuentro 'Comunión y Comunicación', a modo de videoconferencia emitida en abierto, organizado por Sol Multimedia y Meraki, con el lema "Compartir el dolor y la esperanza de los Cristianos Perseguidos". Jaime Septién, director de 'El Observador de la Actualidad', habló en su primera intervención sobre los "Cristianos Perseguidos en el ámbito del fundamentalismo religioso".

Jaime Septién sobre la persecución religiosa: casi 400 millones de cristianos perseguidos y discriminados

La verdad es que durante este tiempo que hemos vivido, sobre todo en los últimos diez años, en la última década, nos hemos percatado del tema tan profundamente lacerante que es la persecución religiosa en nuestro mundo. Hoy curiosamente se publicaba un informe sobre libertad religiosa y sobre cristianos perseguidos de Ayuda a la Iglesia Necesitada, en donde se da a conocer que hay 334 millones de fieles bajo persecución y otros 60 millones que sufren discriminación. Estamos hablando de casi 400 millones de cristianos. Si pensamos que los cristianos en el mundo llegamos cerca de los 2000 millones, es decir, entre todas las confesiones cristianas, estamos hablando de una muy grande persecución en el mundo.

La libertad religiosa, camino para la paz

Déjenme decirles que nosotros hemos hecho una serie de números especiales sobre el tema, no tanto de persecución, porque yo creo que Ayuda a la Iglesia Necesitada, InfoCatólica, y muchos otros hacen ese seguimiento de las formas como se persigue a los cristianos en el mundo, pero a nosotros nos interesa básicamente el tema de la libertad religiosa. Y el tema de la libertad religiosa tiene que ver con algo que Benedicto XVI decía en un mensaje de la Jornada Mundial de la Paz en enero del 2011, que él titulaba de una manera extraordinariamente puntual, “La libertad religiosa, camino para la paz”. Yo diría que la libertad religiosa no es “un” camino para la paz, es “El” camino, así, con mayúscula, para la paz.

En esta cuadragésima cuarta Jornada Mundial de la Paz, Benedicto XVI decía que «negar o limitar de manera arbitraria esa libertad, significa cultivar una visión reductiva de la persona humana, oscurecer el papel público de la religión; significa generar una sociedad injusta, que no se ajusta a la verdadera naturaleza de la persona humana; significa hacer imposible la afirmación de una paz auténtica y estable para toda la familia humana».

Legítimo principio de laicidad positiva de los Estados

Yo creo que esto verdaderamente debería ser motivo de reflexión para cada uno de nosotros porque el fundamentalismo ─sí desde luego, el fundamentalismo islámico lo hemos visto de una manera brutal en las degollaciones masivas y en toda la persecución, en la crucifixión de cristianos en Medio Oriente y en otros países del Cuerno de África─, «el fundamentalismo y la hostilidad contra los creyentes comprometen la laicidad positiva de los Estados». Es decir, el propio papa Benedicto XVI, el actual Papa emérito Benedicto XVI, decía con justa razón que la laicidad positiva es una bendición para los Estados y para la convivencia de la familia humana.

Y, ¿qué es esta laicidad positiva? No que el Estado sea el persecutor de una religión en favor de otra, sino que sea el promotor de la libertad religiosa, es decir, de la libertad de culto en lo privado y en lo público. Y cuando los Estados reducen a una sola dimensión la posibilidad de creencia religiosa, considerando que esa es la buena, por decirlo de alguna manera, y las demás las malas, el Estado está siendo persecutor de uno de los derechos humanos fundamentales y está siendo el promotor de la violencia.

Cristianos perseguidos en Medio Oriente… y en Hispanoamérica

En nuestro continente, en América Latina, que es el mayor semillero de la catolicidad del mundo, también estamos enfrentando, si no de manera tan brutal como lo están enfrentando por ejemplo los cristianos perseguidos en Medio Oriente, pero sí estamos enfrentando una reducción de la persona humana ─y sé que en el segundo bloque lo vamos a tratar de manera concreta en Argentina, en España, en México─, un reduccionismo racionalista del tema de la persona humana. Es decir, la religión está siendo considerada por Estados que se supone que son laicos, como el Estado Mexicano, como una dádiva del propio Estado para que las personas puedan expresar en lo íntimo, en lo privado, y en lo público, su religiosidad, su fe religiosa. Lo cual es un reduccionismo racionalista que es tan persecutor en muchos aspectos, como el reduccionismo fanático de los estados islámicos. Claro, allá degollan y acá no degollan, pero como dicen los yucatecos ─los yucatecos en México son una parte de nuestro país─ que no te matan pero no te dejan vivir. Es decir, es exactamente lo mismo que estamos presenciando, claro sin esta violencia terrible, pero con una incapacidad de reconocer esta dimensión de la persona humana que es fundamental y que es el camino para la paz.

Compromiso de los católicos en el camino de la paz

Creo yo que una de las grandes necesidades que tenemos que hacer, desde el punto de vista de los católicos, es justamente recuperar esta noción de laicismo positivo de los Estados con respecto al camino de la paz. Nuestros países están sufriendo, el mío particularmente, una serie de jornadas violentísimas con una reacción social verdaderamente lacerante pero en donde parece ser que los Estados y las autoridades no se están dando cuenta de que en este modelo de laicidad no positiva sino de laicidad racionalista, o de laicismo como se le suele llamar, estamos reduciendo los espacios de convivencia de la familia humana, de las personas humanas y las estamos dejando a un “sálvese quien pueda”.

Esto es sumamente importante y esto es algo que debemos estar reflexionando, porque solamente consideramos que la persecución religiosa o la cristianofobia estaría solamente definida en Oriente Medio, en los estados islámicos. Sí, claro que son la mayor amenaza. De los 28 Estados en el mundo que persiguen directamente a los cristianos, 15 de ellos, los más radicales, son islámicos. Pero ojo, no por ello debemos estar dejando de lado lo que pasa en lugares como España, México, Argentina o América Latina. Es decir, aquí también existe otro modelo de persecución, de cristianofobia, de fobia al catolicismo que significa esta reducción de la persona humana, y que significa este no entendimiento de la laicidad positiva como un camino de la paz hacia la libertad religiosa del que hablaba Benedicto XVI.

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