La Iglesia católica en Mongolia celebra 30 años de presencia en el país de Asia Oriental con una Misa presidida por el cardenal electo y prefecto apostólico de Ulan Bator, Giorgio Marengo, con la participación de un gran número de fieles locales, el 10 de julio pasado. El nuncio en Corea del Sur y Mongolia, Alfred Xuereb, agradeció en la celebración a los misioneros, los fieles, al gobierno local y a todos aquellos que hacen posible la permanencia de la misión de la Iglesia.
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Los feligreses llegaron de diversas partes y varios se prepararon para la Eucaristía, con la que la Iglesia en Mongolia celebra 30 años, acercándose al sacramento de la Reconciliación. Con la caída de la Unión Soviética en 1991, Mongolia abre las relaciones diplomáticas con la Santa Sede en 1992 y de esta manera llegaron 3 misioneros de la Congregación del Inmaculado Corazón de María, los sacerdotes Wenceslao Padilla, Gilbert Sales y Robert Goessens. El 9 de julio pasado, Xuereb y Marengo se dirigieron a la tumba del padre Padilla, quien llegó a ser el primer prefecto apostólico de Ulan Bator hasta 2018, año en el que falleció.
Mongolia tiene una población de más de 3.000.000, mientras que los católicos suman alrededor de 1.300. Los salesianos están en Ulan Bator, capital del país, desde el 2001 e iniciaron con una escuela técnica y oratorio. En 2004 empezaron también a servir en una parroquia en Darkhan, ubicada en el centro norte del país, y desde 2016 atienden la pastoral de la misión de Shuwuu. Marengo, de origen italiano y quien sirvió como misionero en Mongolia durante casi 20 años, se convertirá en el cardenal más joven del mundo el 27 de agosto próximo, en el consistorio que presidirá el Papa Francisco.
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