La Iglesia en Bolivia despidió al obispo de El Alto, Eugenio Scarpellini, de 66 años, quien falleció tras sufrir dos paros cardíacos, cuando se encontraba internado en el Hospital Sagrado Corazón, mientras se recuperaba de coronavirus, el 15 de julio pasado. El secretario general de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), Aurelio Pesoa, presidió el lunes 20 de julio la Misa de exequias del prelado en la catedral Virgen del Carmen de Diócesis de El Alto, que contó con la presencia de sacerdotes, consagrados, autoridades, entre otros.
Scarpellini era un misionero italiano que estaba en Bolivia desde 1988. El obispo fallecido nació en Verdellino, en la Diócesis de Bérgamo, el 8 de enero de 1954. El arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti, reflexionó en la homilía que pronunció de forma virtual, transmitida en la Misa de exequias, que «vocación y misión que se hicieron vida en él, en su modo de ser, pensar y actuar, acogiendo a las Bienaventuranzas, el programa de santidad para todo discípulo de Jesús, programa que, para la mentalidad del mundo, suena a paradoja: felices los pobres, los afligidos y los perseguidos». «Su vitalidad desbordante y el entusiasmo que ponía en todo lo que hacía, contagiaba a las personas, en algunos pudo despertar un cierto temor, sin embargo, detrás de la energía que emanaba de todo su ser, latía el corazón del seguidor fiel de Cristo, el pastor bueno, generoso, sensible y atento a las personas, en particular a los pobres», precisó Gualberti.
En 2006, Eugenio Scarpellini fue designado coordinador de las Pontificias Obras Misionales en América y también secretario general adjunto de la CEB. Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de la Diócesis de El Alto en 2010. Posteriormente, Francisco lo designó como obispo de esa diócesis, el 26 de junio de 2013. «El santo padre ofrece sufragios por el eterno descanso por su alma. Imparte la Bendición Apostólica a cuantos lloran tan sensible pérdida», indicó un sacerdote al leer la carta enviada por el papa desde Roma, durante la Eucaristía. El pontífice designó a Giovanni Arana como administrador apostólico de la Diócesis de El Alto. Dos días después de sustituir a Scarpellini, Arana dio positivo a la prueba del COVID-19, según indicó ‘Vatican News’, tras precisar que el nuevo prelado se encuentra aislado en su casa, pese a que no presenta síntomas de la enfermedad.