Los hermanos albertinos polacos están dedicados a asistir a desplazados de Ucrania, tras la invasión rusa, en la ‘Casa de la Misericordia’ que dirigen desde hace unos 6 años en Lviv. El hogar surgió para recibir a unas 30 ó 40 personas sin hogar, entre ellos ancianos pobres, algunos de los cuales eran adictos al alcohol y a las drogas. Después del inicio del conflicto, la atención a los más vulnerables desborda cada día.
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Los religiosos recibieron una gran avalancha de personas que huían de la guerra hacia el oeste de Ucrania o hacia el extranjero. Los hermanos decidieron permanecer en sus puestos, recibir a desplazados y ayudar a otros tantos a continuar su viaje, a pesar de que ellos mismos se encontraban en una situación difícil. Además del trabajo en el refugio, los 4 hermanos albertinos pretenden continuar con la repartición de una comida caliente, 2 veces por semana, a entre 150 y 200 personas sin recursos del barrio, mientras los demás días organizan reparto de alimentos.
Los albertinos tienen que comprar alimentos para sus residentes y para todos los que llaman a su puerta en busca de un plato de comida. «En esta casa recuperé la estabilidad en mi vida y puedo ayudar y sentirme útil. Incluso encontré un trabajo fuera. Ahora estoy buscando un piso asequible, aunque es difícil en tiempos de guerra en la superpoblada Lviv. Los hermanos son una verdadera bendición para mí», indicó Ruslán llegó a los albertinos hace meses desde Ivano-Frankivsk en un estado de desolación.
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