Funcionaria israelí exige a abad que se quite cruz pectoral en Jerusalén

Una funcionaria del organismo estatal israelí que administra el lugar más sagrado de los judíos solicitó al abad de la abadía de la Dormición de María, el padre Nikodemus Schnabel, que se quitara la cruz pectoral, durante una visita oficial al Muro de los Lamentos. «Esto es muy grave, no estás respetando mi religión. Estás obstaculizando mis derechos humanos. Lo mío no es una provocación, soy abad. Esta es mi vestimenta y la cruz es parte de ella», aseveró el monje benedictino.

Una funcionaria de la ‘Western Wall Heritage Foundation’ —el organismo estatal israelí que administra el lugar más sagrado de los judíos— solicitó al abad benedictino de la abadía de la Dormición de María, el padre Nikodemus Schnabel, que se quitara la cruz pectoral, durante una visita oficial al Muro de los Lamentos. El hecho ocurrió el miércoles 19 de julio mientras el religioso se aproximaba al área de oración reservada a los judíos en Jerusalén, pero todavía permanecía fuera de ella, junto a la ministra alemana de Educación e Investigación, Bettina Stark-Watzinger.

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El padre Nikodemus denunció que es este un hecho más de los reiterados gestos de intolerancia denunciados por los líderes cristianos de Jerusalén en las últimas semanas. «Esto es muy grave, no estás respetando mi religión. Estás obstaculizando mis derechos humanos. Lo mío no es una provocación, soy abad. Esta es mi vestimenta y la cruz es parte de ella», aseveró el monje benedictino, en un registro de video publicado en Twitter por el periodista Christoph Schult, de ‘Der Spiegel’. «Es doloroso ver cómo el clima en esta maravillosa ciudad está empeorando bajo el nuevo gobierno israelí. Jerusalén es lo suficientemente grande para todos», indicó Schnabel, en redes sociales.

El organismo que administra el lugar pidió disculpas «por las molestias ocasionadas», pero defendió la actuación de su empleada al considerar cómo «ella se acercó e, inocentemente y con amabilidad, pidió —al abad— si podía cubrirse la cruz» (sic) para evitar inconvenientes en la Ciudad Vieja. «Después de que él se negara obviamente no se le impidió la entrada y ella se retiró», precisó. El episodio transcurrió mientras las comunidades cristianas denuncian la escalada de actos de odio y desprecio por parte de los judíos ultraortodoxos.

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