Francisco se despide de Sudán del Sur con una multitudinaria Misa en el Mausoleo ‘John Garang’, a la que asistieron más de 100.000 fieles, el domingo 5 de febrero. La celebración eucarística, realizada en inglés y con alegres cantos entonados por un numeroso coro, fue el último evento del 40 viaje apostólico internacional que realizó el Papa, que en esta oportunidad tuvo como destino Congo-Kinsasa y a Sudán del Sur, en África Central y Oriental.
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Suscríbase al boletín de VenLEl Pontífice alentó «en el nombre de Jesús, de sus Bienaventuranzas» a deponer las armas «del odio y de la venganza», para «empuñar la oración y la caridad; superemos las antipatías y aversiones que, con el tiempo, se volvieron crónicas y amenazan con contraponer las tribus y las etnias». «Aunque el corazón sangre por los golpes recibidos, renunciemos de una vez por todas a responder al mal con el mal, y nos sentiremos bien interiormente; acojámonos y amémonos con sinceridad y generosidad, como Dios hace con nosotros. Cuidemos el bien que tenemos, ¡no nos dejemos corromper por el mal!», imploró.
Precisó que visitó Sudán del Sur para proclamar a Dios y «confirmarlos en Él, porque el anuncio de Cristo es anuncio de esperanza», dado que el Señor «en efecto, conoce las angustias y los anhelos que llevan en el corazón, las alegrías y las fatigas que marcan sus vidas, las tinieblas que los oprimen y la fe que, como un canto en la noche, elevan al cielo». «Jesús los conoce y los ama; si permanecemos en Él, no debemos temer, porque también para nosotros cada cruz se transformará en resurrección, cada tristeza en esperanza, cada lamento en danza», enfatizó.
El Papa llegó a Sudán del Sur el viernes 3 de febrero, acompañado del arzobispo anglicano de Canterbury y con el Moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia. Francisco fue el primer Papa que pudo visitar este país donde se encontró con la autoridades y religiosos, y con los desplazados internos. Además, participó en una oración ecuménica por la paz, donde invitó a los cristianos de Sudán del Sur a rezar para tener fuerzas, trabajar diariamente por la paz y caminar en unidad a fin de combatir las adversidades y la violencia en el país. Después de celebrar la Misa con la que se despide de Sudán del Sur, Francisco se trasladó al aeropuerto internacional de Yuba para retornar a Roma.
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