Francisco no leyó un discurso planeado, el jueves 22 de junio, a causa de problemas respiratorios y por seguir bajo los efectos de la anestesia que se le administró durante su última operación, en una audiencia a los representantes de la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (Roaco) y la Youth Conference, que participaron en Roma en un encuentro para analizar la situación de países como Turquía, Irán, Eritrea y la región de Tierra Santa.
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El Papa se abstuvo de leer el discurso que tenía preparado, debido a «una respiración no buena», dado que continuaba «bajo los efectos de la anestesia». Indicó, a pesar de su dificultad respiratoria, que estaba «contento por esta visita». En el texto que tenía preparado, y que entregó a los asistentes, les agradeció su «solidaridad activa» que «ayuda a curar las heridas y es como una caricia en el rostro de los que sufren».
El Pontífice animó a mantener su labor de asistencia en todo el mundo, al solicitar especialmente una «concreta cercanía, cercanía de oración y de caridad, al martirizado pueblo ucraniano». Francisco, de 86 años, fue sometido a una cirugía abdominal el 7 de junio pasado, y el viernes 16, finalmente fue dado de alta.
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