Francisco aconseja «leer cada día un pasaje del Evangelio, llevar un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la bolsa, y tomarlo cuando se pueda» en esta Cuaresma, antes de finalizar el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, el domingo 28 de febrero, frente a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
«Deseo a todos un buen camino en este tiempo de Cuaresma», indicó el Pontífice. Solicitó que en primer lugar en este tiempo «no hablemos de los demás», tras pedir que se eviten las murmuraciones. «Y no olviden que también será útil leer cada día un pasaje del Evangelio, llevar un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la bolsa, y tomarlo cuando se pueda, cualquier pasaje», aseguró el Papa Francisco, al indicar que «esto hará abrir el corazón al Señor». Por otro lado, reflexionó antes del Ángelus además que en el camino cuaresmal estamos llamados a contemplar, como Pedro, Santiago y Juan, «la anticipación de luz» de Jesús.
Indicó que «debemos guardarnos de la pereza espiritual: estamos bien, con nuestras oraciones y liturgias, y esto nos basta». «¡No! Subir al monte no es olvidar la realidad; rezar nunca es escapar de las dificultades de la vida; la luz de la fe no es para una bella emoción espiritual. No, este no es el mensaje de Jesús. Estamos llamados a vivir el encuentro con Cristo para que, iluminados por su luz, podamos llevarla y hacerla brillar en todas partes. Encender pequeñas luces en el corazón de las personas; ser pequeñas lámparas del Evangelio que lleven un poco de amor y esperanza: ésta es la misión del cristiano», sostuvo.
Puede interesarle: Francisco en Miércoles de Ceniza: «Hoy es tiempo de regresar a Dios».
