FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR.

Por Jaime Saiz.

Tras la evolución del Universo desde sus comienzos, descrita en artículos precedentes, cabe preguntarse cómo fue el origen de nuestro sistema solar. Trataremos sobre ello a partir del conocimiento que tenemos sobre la formación de sistemas planetarios alrededor de una estrella.

El proceso de formación estelar parece dar lugar a que un disco de polvo y gas produzca simultáneamente otros cuerpos menores alrededor de la estrella, sobre todo cuando el material de la nebulosa pre-estelar tiene una cantidad apreciable de elementos pesados por evolución de previas generaciones de estrellas. Podemos observar varios casos de estrellas rodeadas por una nube de polvo que emite radiación infrarroja.

Así, una nube semejante debió preceder al nacimiento del Sol con su familia de planetas: se formaría un remolino de un diámetro mucho mayor que el de la órbita de Plutón, en el que habría turbulencias que darían lugar a torbellinos más pequeños. En zonas donde el movimiento interno del remolino provoca choques entre los chorros de gases y polvo de dos torbellinos adyacentes, se van formando grumos cada vez mayores que chocan entre sí, pudiendo, si lo hacen a poca velocidad, agregarse en lugar de deshacerse para formar lo que llamamos planetesimales: cuerpos pequeños del tamaño tal vez de arenas, guijarros, rocas de unos metros… que poco a poco van absorbiendo el material que gira alrededor del Sol.

Este proceso dura posiblemente varios centenares de millones de años. Durante ese tiempo, si otra hay otra supernova que explota cerca, pueden introducirse nuevos materiales en lo que van a ser finalmente los planetas.

Mientras todo esto ocurre, la zona central de la nube se va contrayendo y por fin alcanza 10 millones de grados: el Sol nace, pasando de ser, como describimos en el artículo anterior, una proto-estrella a ser una estrella, con producción de energía por reacciones nucleares. En ese momento, aumenta drásticamente la emisión de radiación, que «barre» el espacio a su alrededor, empujando sobre todo los materiales volátiles; quedan atrás los materiales sólidos, que ya habrán alcanzado algún tamaño.

De esta forma, el sistema solar va quedando limpio: los polvos pesados pueden todavía permanecer cerca del Sol, mientras que los gases se lanzan a distancia.

Como cerca del Sol la temperatura es mucho más elevada, en su zona próxima sólo se forman planetas pequeños, muy densos y sólidos, formados por materiales refractarios —planetas terrestres—, mientras que lejos del Sol se forman planetas gaseosos, gigantes y de gran masa, pero de baja densidad  —planetas como Júpiter—.

FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí