El sacerdote Antonio Rodríguez, que defendió su iglesia y sobrevivió en el ataque islamista en Algeciras, falleció en el Hospital Universitario Punta de Europa a los 75 años, tras 59 como salesiano y 45 de sacerdote, el lunes 9 de octubre. El motivo de la muerte fue un cáncer que le fue detectado tras el atentado, y que le afectaba el páncreas y el hígado. La ciudad de Algeciras despidió el miércoles 11 de octubre al padre salesiano en un multitudinario funeral en la capilla del Colegio Salesianos de la ciudad.
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La Inspectoría Salesiana María Auxiliadora precisó que desde que recibió el diagnóstico «su salud fue menguando, no así su ministerio presbiterial y atención parroquial». Rodríguez enfrentó el ataque yihadista del 25 de enero pasado, cuando Yassine Kanja, marroquí de 26 años, entró en la capilla de San Isidro armado y empezó a golpear las imágenes con un gran machete. Cuando el padre Antonio se enfrentó a él para echarle del templo, lo apuñaló causándole heridas graves en hombro y cuello.
El atacante entró en la iglesia de La Palma, situada a unos 200 metros, cuando terminaba la Misa. Tiró al suelo imágenes y velas, llegó a subir al altar mayor, y amenazó a 2 mujeres. El sacristán, Diego Valencia, le ordenó que abandonase la iglesia, viéndose perseguido por el criminal, quien le alcanzó en la Plaza Alta, donde al llegar ya llevaba una herida en el abdomen y además fue golpeado en la cabeza, falleció allí mismo. El presbítero se mantuvo cerca de la familia del fallecido desde entonces.
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