«ESTO ES MI CUERPO, ESTA ES MI SANGRE».
Por Fray Tuk.
Marcos 14, 12-16.22-26
El primer día de la fiesta de los panes Ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?». El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: «¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?». Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario».
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Mientras comían, Jesús tomo el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen, esto es mi Cuerpo». Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: «Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberá más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios». Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.
SAN AGUSTÍN DE HIPONA. Sermón 129, 1.
ESTO ES MI CUERPO, ESTA ES MI SANGRE.
«Si os abstenéis de comer el cuerpo y la sangre del Señor, es de temer perezcáis; y si lo coméis indignamente o indignamente lo bebéis, se ha de temer que comáis y bebáis vuestra propia condenación. Aprieto grande, por cierto. Vivid bien, y los aprietos se aflojan. No queráis prometeros la vida viviendo mal. Se engaña quien se promete a sí mismo lo que no promete Dios. Testigo malo, te prometes lo que la Verdad te niega. La Verdad dice Si vivís mal, moriréis eternamente, y ¿dices tu: «Yo vivo mal, y viviré eternamente con Cristo»? ¿Cómo puede suceder que mienta la Verdad y digas tú la verdad?».
Es la era del relativismo. Cada uno quiere decir lo que esta bien o mal. Es un problema. No solo se condena quien lo bebe y come indignamente sino quien lo otorga. Los catolicos debemos empezar a responsabilizarnos. Un dia Jesus nos pedira la cuenta de lo que hemos hecho con nuestro dones.