El PAPA FRANCISCO Y EL VALOR DE LA LITERATURA «EN Y PARA» EL CORAZÓN SACERDOTAL.

Por Alejandro Antonio Zelaya.

El 17 de julio de este año 2024 fue publicada la ‘Carta del Santo Padre Francisco sobre el papel de la literatura en la formación’, la cual, en primer lugar, parece estar dirigida únicamente a la formación inicial de los futuros sacerdotes, pero en definitiva, como dice el mismo Santo Padre, pueden estar orientadas también a los pastores de hoy y a todo agente de pastoral. Es hermoso cómo el Papa destaca el valor de la lectura de novelas y poemas en el camino de la maduración personal.

Esta es una tarea de toda la vida, no termina con una etapa de formación en un seminario, con un título, o con el «nombramiento» en un servicio o ministerio ordenado o laical. La razón es que la permanente formación de nuestro corazón humano es tarea de toda la vida, es decir, ayudar a Dios ―con nuestra disposición humana― y dejarnos ayudar por Él, a modelar nuestra vasija de barro que tiene múltiples facetas: humano-afectiva, intelectual, espiritual y apostólica. Esto es don y tarea permanente, no con una actitud en que nos sintamos «asediados por una obsesión voluntarista», sino que consiste mas bien en dejarnos tomar por su gracia, sin ponerle obstáculos desde nuestra naturaleza.

La formación del corazón humano-sacerdotal

El Papa nos dice que la tarea de todos los creyentes, y en particular de nosotros, los sacerdotes, es «tocar el corazón del ser humano contemporáneo para que se conmueva y abra ante el anuncio del Señor». Y aquí entra el valor de la literatura y la poesía: ellas nos conectan con nuestra propia sensibilidad, nos dirigen a conocer nuestro propio corazón humano; la literatura nos ayuda a «bucear en nuestra carne» llena de afectos, emociones, miedos, deseos, valor, audacia, ira, compasión, gestos y miradas que liberan y animan, lágrimas y llanto. Todo este conjunto de afectos, sentimientos y emociones, descriptas de distintas maneras y a veces muy bien por filósofos y psicólogos, no pueden ni deben dejar de entenderse desde su fundamento que radica en la pasión primordial que es el «amor».

Es maravilloso cómo el Papa va conectando sus pensamientos para orientarnos a mirarlo todo desde Jesucristo hecho carne, hecho hombre, hecho historia. Nos pone como modelo a Pablo en este arte de hablar a los hombres de nuestro tiempo desde la cultura de la literatura, la cual «nos abre a mundos», «a la realidad de hoy», «a las culturas actuales», con sus propias gramáticas y modos de ver la vida y «cosmovisiones» ―concepto de Weltanschauung de la filosofía―. Pablo es nuestro maestro para acceder a la cultura de nuestro tiempo y poder hablarles a los hombres de hoy, y este magistral link para entrar, para acceder, nos dice Francisco, es la literatura. Pablo cita a los poetas en su discurso en el Areópago (cfr. Hch, 17, 16-34), hablando del dios desconocido: «en él vivimos, nos movemos y existimos, como muy bien lo dijeron algunos poetas de ustedes: ‘nosotros somos también de su raza». El maestro de los gentiles comprendió que la literatura descubre los abismos que habitan en el hombre, los cuales son iluminados y atravesados por y en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Es hermoso descubrir cómo en Jesús todos los recovecos y pliegues de nuestro corazón pueden ser embellecidos por este Hombre Verdad-Caridad, porque Él también tuvo y tiene un corazón humano.

Incapacidad y enfermedad de la sensibilidad humana. Su sanación y enriquecimiento

T. S. Eliot habla de la crisis religiosa moderna como una crisis de incapacidad emotiva generalizada. Podemos decir que en nuestra sociedad de la «inteligencia artificial», muchos carecen de capacidad para emocionarse y «asombrarse» ante Dios, ante la naturaleza y ante los otros seres humanos.

La literatura es camino de sanación. Emocionarnos ante un Dios cercano es camino de curación de nuestra afectividad. Asombrarnos ante el misterio de la vida, de las personas, de la creación, sería ir educando nuestro corazón y nuestra mente de pastores. De esa manera, presentaremos a un Dios-Amor que está siempre cerca de nosotros, y así, hablaremos al corazón del ser humano de hoy, «tocándolo con nuestras palabras y gestos», en definitiva, con nuestra vida. Dejarse tocar el corazón para tocar el corazón del ser humano de hoy.

Para ello es fundamental conocer primero nuestro propio corazón. Y esa vía de acceso, nos presenta el Papa, es la literatura. Las novelas y los poemas nos ayudan a recuperar de nuevo el emocionarnos, el dejarnos tocar por el Otro-otro, para poder dedicarnos a nuestro servicio y ministerio, y que éste sea cada vez más «escucha y compasión». Sanando y enriqueciendo nuestra sensibilidad nos hará capaces, con su gracia, de ir sanando y enriqueciendo también la sensibilidad de nuestros hermanos y hermanas.

¡Que el Corazón Humano de Cristo y el de su Santísima Madre toquen los nuestros, dejándonos la huella imborrable de su Amor conmovedor!

El padre Alejandro Antonio Zelaya es psicólogo y se dedica a la práctica clínica atendiendo sacerdotes, consagrados/as y laicos.

El PAPA FRANCISCO Y EL VALOR DE LA LITERATURA «EN Y PARA» EL CORAZÓN SACERDOTAL.

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