EL MODELO ESTÁNDAR DE LA GRAN EXPLOSIÓN.
Por Jaime Saiz.
En el artículo anterior vimos cómo, hace aproximadamente cien años, la Astronomía llegó a la conclusión, asombrosa para aquel entonces, de que el Universo no es estático ni infinito, sino que es limitado y se encuentra en expansión.
Si inferimos hacia el pasado, dicha expansión lleva a situaciones de menores distancias entre galaxias y mayor concentración o densidad, hasta que, remontado suficiente tiempo, todas las galaxias deberían encontrarse en el mismo punto, en la gran masa primitiva de densidad enorme y temperatura inmensa, de la cual luego se expande el Universo.
Esta es la idea de la Gran Explosión —en inglés Big Bang—, momento en que comienza a existir todo lo que hay de orden material: las partículas, la energía, el espacio y el tiempo. Para la Física de la Relatividad, como ya comentamos, espacio y tiempo están íntimamente ligados a la materia: no se puede hablar de un tiempo anterior a ese primer momento, ni tampoco de un espacio vacío dentro del cual comienza a existir la materia; no había ni espacio ni tiempo, nada de orden material.
Este es el gran descubrimiento de la Astronomía moderna, que el Universo empezó. La Física actual estudia ese primer momento, calculando la densidad y temperatura a que estaba la materia primitiva, así como las reacciones nucleares que podían ocurrir según las condiciones iban cambiando.
Así, si nos mantenemos en el terreno puramente científico, lo único que la Física puede hacer es tratar de llegar al momento cero, pero no pasar más allá, porque no es experimentable lo que no es material. Por eso, a este primer momento se le denomina con un término que se ha convertido ya en palabra técnica entre los científicos: el momento de la Creación del Universo, llamado así porque no hay una etapa previa.
EL MODELO ESTÁNDAR DE LA GRAN EXPLOSIÓN.