TEMA 8: EL DOMINIO SOBRE LA CREACIÓN. EL TRABAJO. LA ECOLOGÍA.

Por Juan María Gallardo.

Dios otorga al hombre la capacidad de dominar la creación material.

Según el relato del Génesis, Dios crea al hombre y a la mujer y los llama a participar en la ejecución de su plan sobre la creación. Esta llamada se manifiesta en el hecho de que Dios otorga al hombre el señorío sobre el mundo y le manda ejercerlo.

Presentación de Tema 8: El dominio sobre la creación. El trabajo. La ecología.

La concesión de esa misión está expresada especialmente en tres textos del Génesis:

Dijo Dios: «Hagamos al hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza. Que domine sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, sobre todos los animales salvajes y todos los reptiles que se mueven por la tierra» (Gn 1, 26).

Y los bendijo Dios, y les dijo: «Creced, multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que reptan por la tierra» (Gn 1, 28).

El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén para que lo trabajara y lo guardara (Gn 2, 15).

Dios concede a los hombres el poder de participar inteligente y libremente en perfeccionar la armonía de la creación en bien propio y de sus prójimos: los convierte en sus colaboradores. El plan divino originario consistía en que el hombre, viviendo en armonía con Dios, con los demás y con el mundo, orientase al Creador no solo su persona, sino también el universo entero, de modo que la creación diera gloria a Dios a través del hombre. La creación está hecha con miras al Sabbat y, por tanto, al culto y a la adoración de Dios. El culto está inscrito en el orden de la creación (cfr. Gn 1, 14).

El dominio, que alcanza a todo el mundo visible, a todos los recursos que la tierra encierra y que el hombre puede descubrir mediante su actividad, es otorgado a todos los hombres y pueblos. De aquí se pueden extraer las siguientes consecuencias:

a) La propiedad absoluta de la tierra pertenece a Dios: De Yahvé es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes (Sal 24, 1). El hombre debe considerarse a sí mismo solo como administrador de un bien.

b) La naturaleza no es algo que no tiene dueño, sino que es patrimonio de la humanidad. Por tanto, su uso debe redundar en beneficio de todos.

c) El hombre «debe considerar las cosas externas que posee legítimamente, no solo como suyas, sino también como comunes, en el sentido de que han de aprovechar no solo a él, sino también a los demás».

Fragmento del texto original de Tema 8: El dominio sobre la creación. El trabajo. La ecología.

  • (1) Libro electrónico «Síntesis de la fe católica», que aborda algunas de las principales verdades de la fe. Son textos preparados por teólogos y canonistas con un enfoque primordialmente catequético, que remiten a la Sagrada Escritura, el Catecismo de la Iglesia Católica, las enseñanzas de los Padres y el Magisterio.

TEMA 8: EL DOMINIO SOBRE LA CREACIÓN. EL TRABAJO. LA ECOLOGÍA.

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