EL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL (2).
Continuación de El discernimiento espiritual (1).
Por Silvio Pereira.
Algunos criterios básicos y reglas de discernimiento
5) El discernimiento espiritual supone distinguir de dónde vienen las mociones interiores y hacia dónde me llevan. ‘Moción interior’ designa todo impulso, pensamiento, estado de ánimo, sentimiento o emoción que nos invita a actuar de cierto modo. Dichas mociones tienen 3 fuentes de procedencia: nuestra propia naturaleza, el mal espíritu y el Espíritu de Dios. Sólo debemos obrar según aquellas mociones que vienen de Dios y que nos llevan a Él. Es clave el discernimiento, porque a veces no todo lo que parece provenir de Dios o llevarnos a Él, proviene efectivamente de Él. Hay engaños muy sutiles que sólo descubre quien ya se encuentra muy experimentado en el discernimiento. Por eso a veces nos pasa que creyendo hacer un bien la cosa termina mal. Discernir es un aprendizaje para descubrir lo que es de Dios de lo que no lo es.
Intentemos alguna ejemplificación didáctica.
- Cuando andamos ganados por el mal espíritu, de pecado en pecado, el buen Espíritu nos mueve
al arrepentimiento y a la conversión. - Cuando andamos en gracia el mal espíritu puede movernos a escrúpulos o remordimientos falsos, a desesperarnos o a pensar que no es posible la santidad; nos desanima y pone obstáculos para crecer. El buen Espíritu nos alienta y anima.
- El enemigo se hace fuerte cuando condescendemos y se debilita cuando lo resistimos.
- El enemigo nos ataca por dónde estamos más débiles y desguarnecidos.
- El buen Espíritu produce alegría y gozo y remueve turbaciones y tristezas.
- El mal espíritu produce engaños, nos quiere turbar y hacer desconfiar.
- El buen Espíritu tiende a tocarnos suave y profundamente en el centro del alma.
- El mal espíritu tiende a ser bullicioso y movilizar las capas más superficiales —pensamientos y
sentimientos—. - Las mociones del buen Espíritu en el principio, medio y fin nos inclinan al bien y a crecer hacia
un bien mayor. - Aunque comience bien, si en el medio o en el fin se percibe algún mal o se tiende a decrecer en el bien o el alma se distrae de Dios y se conturba es señal de que la moción proviene del mal espíritu.
- Discernir las mociones nos ayuda a conocer cómo actúa la gracia y cómo la tentación, capitalizando la experiencia para que nos ayude a discernir mejor en el futuro.
6) El discernimiento espiritual es un camino de conocimiento y aceptación de la propia persona. Nadie puede seguir a Jesús e intentar vivir a su estilo sin clarificar cuáles son sus capacidades y sus limitaciones, sin medir sus fuerzas, sin contar con su temperamento y con las condicionantes de su propia historia de vida. Por eso a veces el discernimiento se torna crudo: hay que aceptarse, hay que abrazarse, hay que amarse. No se puede caminar hacia la santidad queriendo ser otro que uno jamás podrá ser. Hay que poner la propia persona bajo la mirada de Jesús para que nos ayude a reconciliarnos con nosotros mismos en vez de vivir quejándonos o decepcionándonos por lo que no podemos ser. Dios sabe quienes somos y quienes podemos llegar a ser; nosotros, muchas veces, nos auto-engañamos.
7) El cristiano obra por la fe y no por ideas o sentimientos. El cristiano actúa de acuerdo a lo que cree y no solo a lo que siente o piensa. En ‘tiempo de desolación’ esta regla es vital para sobrevivir: aprender a obrar por convicción. No se hace el bien cuando se tiene ganas, ni se cultiva la vida espiritual cuando se tiene gusto. Se obra y se ora en relación con una Persona, con Jesucristo y nadie abandona a quien dice amar cuando las cosas no parecen andar como uno lo espera: tal amor sería o poco o falso. Discernir es aprender a vivir desde un nivel más profundo que los estados de ánimo, sentimientos, emociones, ideas u opiniones. Discernir es aprender a vivir desde la fe.
8) El Dios que se comunica y que gesta comunión no puede sugerirnos vivir a escondidas y aislados. Una de las grandes tentaciones de la vida espiritual es apartarse de Dios y de la comunidad. Cuando la moción interior nos induce a no compartir la vida con los hermanos, a no sacar a la luz nuestra situación de opresión interior o de pecado, a abandonar la relación con Dios en tiempo de esterilidad o a no acercarnos a la comunidad en tiempos de desolación, cuando nos hace creer que a Dios y a la Iglesia uno sólo puede acercarse cuando está bien y sin dificultades, cuando nos pinta el cuadro de que Dios y la comunidad nos van a rechazar debido a nuestras limitaciones o pecados y que sólo nos queda por delante el camino de quedarnos solos, esa ‘moción’ no es de Dios. Seguirla nos conducirá a una situación peor: nuestra Vida en el Espíritu enfermará, agonizará y morirá. Tal situación sólo se salva haciendo lo contrario a lo sugerido, poniéndose bajo la luz de Dios, de la comunidad y del director espiritual.
- El enemigo desea actuar manteniéndose secreto y escondido pero huye cuando denunciamos la
tentación a la que nos somete.
9) Se discierne para cuidar la gracia recibida y sus frutos. No se trata de que Dios nos regale con abundancia y nosotros derrochemos alocadamente. Discernir es aprender a cuidar la gracia recibida en tiempo de consolación de modo que no nos falte en tiempo de desolación. Cuando llegue el tiempo de la prueba y de la contradicción mejor es que nos encuentre firmes en Dios. Quien sabe cuidar lo que Dios le da no se quiebra ante la prueba sino que sale airoso, entero y crecido en gracia.
10) El discernimiento es un aprendizaje continuo. Nunca se termina de aprender a discernir: a) porque la Vida en el Espíritu crece y nos coloca frente a gracias y experiencias nuevas, b) porque nosotros mismos y las circunstancias de nuestra vida también cambian, c) porque no siempre aprendemos de los errores y podemos volver a repetirlos. El discernimiento espiritual es como una ‘capitalización de experiencias’ a base de ensayo y error. A menudo la situación es comparable con otra ya vivida y eso nos facilita comprenderla. Cuanto más se ejercita el discernimiento mejor se discierne.
EL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL (2). Por Silvio Pereira.
El Padre Silvio Dante Pereira Carro es también autor del blog Manantial de Contemplación. Escritos espirituales y florecillas de oración personal.
… siento que no todas las comunidades estan preparadas para aceptar a las personas como son. Y por otro lado, tambien existe un relativismo del pecado. Una justificacion al mal espiritu Que pena! Por eso hace tan bien estos articulos porque estamos aislados a pesar de la comunidad. Todos somos pecadores pero Dios nos llama al arrepentimiento y al cambio. Sino mejor ni te conviertas porque estaras viviendo un falso yo el cual te va a reclamar salir. Por supuesto que quien opto por Jesus esta llamado a la santidad y a vivir en religion religado al otro, pero esto se debe crear a cada instante… En un acto de comunion entre nosotros. Debemos volver a relacionarnos con Dios pero con el Dios de nuestros orígenes. Cada tradicion tiene su momento fundante y al acercarnos renacemos . Que Dios me de y nos de la gracia de saber darme cuenta.