El Día Internacional de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión se conmemorará por primera vez el sábado 22 de agosto, tras ser proclamado por la ONU en 2019, frente al lamentable aumento de la violencia contra comunidades religiosas y personas que pertenecen a minorías religiosas. La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) recordó a las víctimas de la violencia por motivos religiosos y denunció que la situación incluso empeoró. Además, advirtió sobre el crecimiento del terrorismo internacional basado en la religión y la alarmante tendencia de atacar edificios y símbolos religiosos para llamar la atención sobre otros derechos o problemas de injusticia.
El presidente ejecutivo internacional de ACN, Thomas Heine Geldern, indicó causan gran preocupación «las continuas noticias sobre actos de violencia y acoso por motivos religiosos en países como Pakistán, Nigeria o India». «Aunque muchas veces se mezclan motivos sociales y étnicos, no podemos cerrar los ojos a esa realidad», precisó Heine Geldern, quien lamentó el aumento del yihadismo en África y nuevos ataques en Mozambique. «¿Cómo puede ser que no haya una respuesta internacional a las células terroristas del Estado Islámico que operan en Mozambique, ignoradas durante mucho tiempo pero que el 12 de agosto tomaron incluso la ciudad de Mocimboa da Praia, en el norte del país?», cuestionó, al recordar la persecución de los cristianos y yazidíes en Irak.
Heine Geldern conmemoró a las víctimas de la persecución religiosa de este año al acercarse el Día Internacional de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión. «Recordamos al seminarista Michael Nnadi, asesinado el 1 de febrero en Nigeria; a Philippe Yarga, catequista de Pansi, en Burkina Faso, asesinado el 16 de febrero junto con otras 24 personas y a Joseph Nadeem, un cristiano pakistaní que murió el 29 de junio asesinado por un vecino por pura discriminación religiosa y social. Pero también a las víctimas que siguen con vida, especialmente a los que están secuestrados, como la hermana Gloria Cecilia Narváez en Malí o la joven Leah Sharibu, en Nigeria», detalló. «Hacemos un llamado a la ONU para que tome más medidas para combatir los delitos de odio y actos de violencia relacionados con la religión. Sería bueno que el año que viene tuviéramos menos víctimas que recordar», exhortó.