Las autoridades del ayuntamiento de Son Servera, Mallorca, derriban recientemente una cruz en el pueblo, tras considerar que se trataba supuestamente de un monumento que incumplía con la llamada Ley de Memoria Histórica en España. El gobierno balear, a través de su vicepresidente y conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática, Juan Pedro Yllanes, trasladó al ayuntamiento de Son Servera su felicitación por la retirada de la cruz. El párroco de Son Servera, Jaume Mercant, rechazó el derribo de la cruz, al reiterar que pidieron que no se tumbara.
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«Se hizo sin avisar, olvidando que 837 personas firmamos para que se respetase el símbolo religioso de la cruz y del altar, sin ningún símbolo político ni ideológico. Solo había un símbolo, el escudo de Son Servera», precisó Mercant. El presbítero explicó que querían que la cruz conservase como «patrimonio del pueblo en vista de que no vulneraba la ley porque no contenía ningún símbolo ideológico ni político». «Solo eran símbolos religiosos. El monumento coronado por la cruz y el altar, además del escudo de Son Servera», enfatizó. Afirmó que «la cruz no es un símbolo político, sino religioso», al advertir que «eso debe respetarse». «Parece que estamos en democracia y no estamos. Estamos en democracia y se olvidan de estas firmas. Nadie respondió a estas firmas. Y se realizaron como un hecho consumado sin responder a esta petición. Vivimos en democracia y no vivimos», indicó.
El partido Vox denunció el derribo de la cruz de Son Servera, cuyo ayuntamiento tiene como alcaldesa a la socialista Natalia Troya. El dirigente de esta formación en el Consell de Mallorca, Toni Gili, calificó de «un atentado al más puro estilo talibán» lo ocurrido. Cuestionó si «el Consistorio hubiera tenido la misma valentía para tirar una media luna musulmana». «Tumbaron una cruz cristiana desprovista de toda simbología», aseveró Gili, después que las autoridades derriban la cruz en Mallorca. El portavoz del Partido Popular (PP) local, Jaume Servera, acusó al gobierno de actuar «a escondidas». «Mi pregunta es la siguiente: si ellos son tan defensores de una Ley de Memoria Histórica de la que están tan orgullosos, ¿por qué no han avisado a los medios de comunicación para hacer público que tiraban el monumento? ¿No son tan valientes, por qué lo hacen a escondidas?», preguntó.
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