La fundación pontificia ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ (ACN) denunció que «la rica herencia cristiana de Etiopía también está amenazada», tras dialogar con un sacerdote católico misionero, que permanece anónimo por razones de seguridad, sobre la situación en el norte de Etiopía, donde el conflicto entre las fuerzas gubernamentales y los leales al ‘Frente Popular de Liberación’ de Tigray se intensificó en los últimos días. «Las cosas se pusieron mal. Ahora nos vemos obligados a huir», lamentó el presbítero. Hasta finales de octubre, el sacerdote tenía su base en Kombolcha, pueblo ubicado en las afueras de la región de Amhara, cerca de Tigray y a unos 380 kilómetros al norte de la capital Addis Abeba. Kombolcha fue invadida por miles de personas que huían de la zona de conflicto, al igual que otras ciudades vecinas.
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«Los que tenían parientes en la capital enviaban a sus hijos y esposas. También nosotros enviamos a nuestros seminaristas a Addis Abeba, mientras que los sacerdotes, nos quedamos para estar con los refugiados y ver cómo se desarrollaban las cosas. Vimos mucho sufrimiento. Muchas personas murieron, otras habían tenido que huir y necesitaban comida, agua, medicinas y lugares para quedarse. Nuestro pequeño pueblo de Kombolcha tenía más de 4.000 desplazados internos. Hicimos lo que pudimos para recolectar comida, mantas y agua. Fue solo una gota en el océano. Pero como dicen, es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad», precisó el presbítero. Posteriormente, junto con otros refugiados, el misionero católico, logró salir de Kombolcha antes de la llegada de las fuerzas de Tigray.
ACN aseguró que «la rica herencia cristiana de Etiopía también está amenazada», en el contexto en el que se encuentra el país de África Oriental. «Las ciudades de Lalibela, conocida por sus iglesias excavadas en la roca, y Axum, antigua capital del imperio etíope y, según la tradición local, el actual lugar de descanso del Arca de la Alianza, se vieron afectadas por los combates. El reciente nombramiento del primer ministro Abyi Ahmed, para un segundo mandato de 5 años, dio lugar a algunas esperanzas de paz, pero duró poco», precisó la fundación pontificia. El conflicto en Etiopía implicó que muchas de las regiones más difíciles se volvieron inaccesibles para periodistas y agencias humanitarias. Frente a la creciente tensión, los misioneros católicos pidieron especialmente oraciones. «Pedimos humildemente sus oraciones para que la paz y la seguridad regrese a nuestra región, así como otros tipos de apoyo», solicitó el sacerdote misionero de Kombolcha.
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