Denuncian que en Afganistán «están atacando a cristianos» mientras islamistas avanzan sin encontrar resistencia. Ali Ehsani, exiliado afgano que narró en un libro los horrores de los talibanes y su odisea personal, habló desde Roma del sufrimiento que padecen en estas horas los que profesan en secreto su fe en Jesús. La preocupación por los cristianos que viven su fe de forma clandestina en el país se incrementa después que Afganistán volvió a caer en manos de los talibanes, mientras se produce la avanzada de islamistas hacia Kabul, tras conquistar Herat y Kandahar, el jueves 12 de agosto.
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Ehsani precisó, sin dar nombres para no poner en peligro a otras personas, la angustia de las familias cristianas que viven ocultas en Kabul, después que «un jefe de familia cristiano desapareció de la nada». «Esta familia de Kabul, con la que estoy en contacto, perdió al padre hace 2 días: el hombre salió de su casa y jamás regresó. La violencia se propaga incluso en la capital: seguramente descubrieron que el hombre era cristiano y lo golpearon. Su mujer y sus 5 hijos ahora tienen más miedo y se mueven de una zona a otra. Quieren salir del país pero no tienen a nadie que les ayude. Estoy buscando un canal humanitario que se mueva por ellos, quisiera dar a conocer esta historia al Papa Francisco», afirmó, al reiterar que durante años «los cristianos de Kabul fueron una presencia forzosamente solitaria». «Esta familia es de origen turcomano, como yo. Nos conocimos por Whatsapp a través de otro estudiante afgano que vive aquí, en Roma», indicó.
«No hay iglesias en Kabul, así que hace pocas semanas intenté conectar a esta familia por videollamada con una Misa aquí, en Italia. Esta gente desbordaba de felicidad. Sin embargo, en los últimos 15 días el clima cambió y ahora sienten que están en peligro», lamentó. Ehsani enfatizó que «ver lo que ocurre en Afganistán significa revivir y aceptar las heridas» de su vida. «No dejen a Afganistán solo», imploró, tras recordar que el gobierno central no es capaz de controlar la situación. Los talibanes tienen el apoyo de países como Pakistán, Irán e incluso China, quienes los ayudan económica, material y políticamente para erradicar la presencia occidental en Kabul. «En las provincias ocupadas, los talibanes ordenan a las niñas mayores de 14 años que se presenten para ser ‘regaladas’ a los guerrilleros. La comunidad internacional no puede permanecer indiferente, debe actuar con sanciones contra los que apoyan a los talibanes», aseveró, tras afirmar que «en Afganistán, todas las personas tienen que poder vivir en paz, con la libertad de expresar su fe».
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