Custodia de Tierra Santa celebra Misa por nuevo beato Fray Mamerto Esquiú

El custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, preside una Misa de acción de gracias en la iglesia de San Salvador en Jerusalén por la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, quien fue peregrino a los Santos Lugares con espíritu misionero. «La peregrinación del hermano Mamerto a Tierra Santa nos ayuda a comprender la calidad de su persona, su vida y su vocación», destacó Patton.

La Custodia de Tierra Santa celebra una Misa de acción de gracias por la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, quien fue peregrino a los Santos Lugares con espíritu misionero, en la iglesia de San Salvador en Jerusalén, el sábado 4 de septiembre. La celebración fue presidida por Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, junto a Marcelo Cichineli, guardián del Convento de San Salvador y a otros frailes de la Custodia. Además, participó el embajador argentino en Israel, Sergio Uribarri, acompañado de sus colaboradores. El biógrafo del nuevo beato argentino precisó que durante su peregrinaje Fray Mamerto visitó Tierra Santa, vivió con mística intensidad en oración en el Santo Sepulcro y en cada santuario, tras llegar el 27 de junio de 1876 y permanecer allí un año y medio.

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Patton destacó en la homilía distintos aspectos de la vida de Fray Mamerto Esquiú. «La peregrinación del hermano Mamerto a Tierra Santa nos ayuda a comprender la calidad de su persona, su vida y su vocación. Las palabras escritas sobre él por el entonces ministro general de nuestra Orden, Fray Bernardino de Portogruaro, nos ayudan a comprender la calidad de la persona, la vida y la vocación de Fray Mamerto: un auténtico fraile menor y hombre de Dios, un predicador extraordinariamente eficaz, un hombre valioso por el bien de su patria, Argentina», aseguró. «Luego, cuando la gente de Buenos Aires lo quiso como obispo, huye y pide venir como peregrino a Tierra Santa. Pide venir y quedarse en Tierra Santa, pero el ministro general de la época, Portogruaro, un ministro general que se ve obligado a restaurar la orden después de las supresiones de 1800, ve que este fraile es un recurso demasiado valioso para Argentina y América Latina y concede a Fray Mamerto un año y medio de descanso en Tierra Santa pero luego quiere que regrese a Argentina. Al regresar pondrá orden en la realidad franciscana en Argentina y después, de hecho, será nombrado obispo de Córdoba», sostuvo el custodio de Tierra Santa.

Aseguró que «llama la atención cómo al caminar por el lago de Galilea le parece ver el Evangelio, no simplemente escucharlo». «Me emociona mucho este acto de devoción que hace en Nazaret, en la casa de San José, cuando dice: ‘Este lugar nos recuerda la humildad y la pequeñez’, y dice ‘cada vez que iba allí barría los pisos con mucha alegría y gran devoción’, también logra comprender que la devoción no pasa solo por la oración sino también por el cuidado y esto, yo diría, es algo que nos da una indicación valiosa a los frailes que estamos aquí y cuidamos de los santuarios», reflexionó, en la Misa que celebra la Custodia de Tierra Santa. Cichineli aseguró que Fray Mamerto «es un signo de nuestro tiempo como predicador que anuncia el Evangelio, animando a mantener, cultivar y llevar los valores cristianos en una sociedad como la argentina en cumplimiento de la ley fundamental que es la Constitución Nacional». «Es un predicador incansable pero también contemplativo. Podemos definir el período pasado en Tierra Santa como el período de contemplación del misterio de Cristo en los Santos Lugares», afirmó.

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