La ceremonia en la que consagran la catedral de Nuestra Señora de Arabia en Baréin, que es el templo católico más grande de la península Arábiga, se realizó el viernes 10 de diciembre, presidida por el cardenal y prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Luis Tagle. El obispo capuchino y administrador del vicariato apostólico de Arabia del Norte, Paul Hinder, y el arzobispo y nuncio en Kuwait y Qatar, Eugene Martin Nugent, asistieron a la liturgia de dedicación del nuevo lugar de culto —que se levanta en un terreno donado a la Iglesia por el rey Hamad bin Isa en el municipio de Awali— junto con una discreta multitud de fieles, en cumplimiento de las disposiciones sanitarias debido a la pandemia de COVID-19.
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Suscríbase al boletín de VenL«Damos gracias al Señor por el don de la catedral de Nuestra Señora de Arabia, signo vivo de la preocupación del Señor por su rebaño. El Santo Padre, el Papa Francisco, y la comunidad católica de Baréin agradecen al Rey Hamad bin Isa al Khalifa por mantener la tradición de la familia real en el apoyo a la Iglesia católica, y por donar el terreno en el que se encuentra esta iglesia», precisó Tagle, quien en la homilía recordó con gratitud al obispo Camillo Ballin que inició el proyecto y falleció antes de verlo terminado. Además, dio las gracias a los arquitectos, constructores, trabajadores, artistas y a los «muchos benefactores» que ayudaron a erigir la nueva iglesia. «Celebrar la dedicación de una iglesia significa que ahora está reservada a obras sagradas para la gloria de Dios y la santificación del pueblo de Dios. Por eso la iglesia también se llama casa de Dios y casa de la familia de Dios», reflexionó, en la ceremonia que consagran la catedral de Nuestra Señora de Arabia.
La ‘inauguración civil’ de la nueva catedral, cuya construcción duró 7 años, se realizó el jueves 9 de diciembre, a la que asistió el rey de Baréin, junto con Hinder y Tagle, entre otros. La iglesia Nuestra Señora de Arabia, con los minaretes de mezquitas y un campo petrolero en medio del desierto, cuenta con capacidad para unos 2.300 fieles y tiene por objetivo recibir a la pequeña comunidad católica. «Estamos felices. Esto será para colmar las necesidades y la salud espirituales de todos», aseguró el sacerdote residente en Baréin, padre Charbel Fayad, a ‘AFP’. Según estimaciones de la Santa Sede, Baréin cuenta con unos 80.000 católicos, sobre todo trabajadores procedentes de otras partes de Asia, como India o Filipinas.
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