El presidente de la Comisión Episcopal por la Vida y la Familia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), Ricardo Hoepers, lamentó la decisión de practicar el aborto en una niña de 10 años, embarazada de 5 meses y medio, en el municipio de São Mateus, cuando se contaba con el apoyo del personal médico para el cuidado de su vida y la del niño por nacer, a través de un comunicado. La menor sufría abuso de su tío desde los 6 años.
Hoepers afirmó que «es una historia que necesita ser aclarada» y lamentó la decisión de realizar el aborto, cuando «tenían apoyo profesional a favor de las dos vidas, tenían un hospital dispuesto a cuidarla hasta el final del embarazo, tenían todas las condiciones para salvar ambas vidas». El 14 de agosto pasado, un juzgado del estado de Espíritu Santo autorizó el aborto, tras el pedido del Ministerio Público. En un primer centro de salud, el Hospital das Clínicas, en Vitória, los médicos rechazaron hacer el aborto porque «la edad gestacional no estaba amparada en la legislación». Posteriormente, la menor fue llevada al Centro Integrado de Saúde Amaury de Medeiro (CISAM-UPE), en Recife, estado de Pernambuco, Brasil, donde finalmente se realizó el aborto a la niña.
«De repente, un traslado, de un estado a otro, y toda una movilización para que se realice el aborto. En manos de quién cayó la tutela de esta chica, ¿quién decidió todo por ella?», cuestionó el prelado. «Fueron muchos los involucrados, pero el silencio y la omisión de los órganos institucionales que tienen la prerrogativa de defender la vida, se entregaron a las maniobras de quienes defienden la muerte de inocentes. Hoy hago una oración por todos los niños que quisieran nacer, jugar, llorar y vivir, ¡pero fueron asesinados antes de nacer! Esperamos explicaciones y respuestas sobre este caso», indicó.