Los católicos más vulnerables de Birmania dejaron su ofrenda de Cuaresma para ayudar a los desplazados y a los que viven en condiciones precarias en los bosques, víctimas del conflicto civil que continúa en el país del Sudeste Asiático. Joseph Kung, un laico católico de Yangon, explicó que en «las iglesias católicas birmanas durante la Cuaresma en la iglesia se pone un sobre con una inscripción que dice: ‘Puedes practicar el ayuno y donar el equivalente de tu comida para los indigentes, para los refugiados que luchan por sobrevivir’».
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«Muchos creyentes lo hacen, pobres y ricos por igual. Estos días las iglesias están llenas y son muchos los que acuden a recibir el sacramento de la Confesión. En el regreso a Dios está la esperanza de nuestro pueblo, mientras la violencia continúa en muchas partes de la nación», sostuvo. Los donativos y la caridad hacia los necesitados son parte integrante del camino de los fieles en estos momentos. Las ofrendas se canalizan a Cáritas Birmania, conocida como ‘Karuna Mission Social Services’, el brazo caritativo de la Conferencia Episcopal de Birmania.
Karuna, que se organiza en oficinas diocesanas, trata de «dar una vida digna a los pobres y vulnerables, centrándose principalmente en los medios de subsistencia y en la distribución de artículos de primera necesidad a las personas desplazadas». La comunidad de Yangon vivió también un momento de alegría en los últimos días, con la celebración del 50 aniversario de sacerdocio del padre Nereus Mg, que es misionero desde hace mucho tiempo, comprometido en el servicio pastoral en la remota zona de Laikpotegone, en una aldea de sencillos campesinos. «Toda la comunidad se reunió en torno al sacerdote de 80 años, ejemplo de una vida dedicada a la misión», destacó Kung.
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