Cuatro organizaciones de la Iglesia católica en Papúa, Indonesia, piden justicia por el asesinato del catequista católico indonesio Rufinus Tigau, de 28 años, al recordar que él «levantó las manos en señal de sumisión, pero lo mataron en el acto». Entidades católicas realizaron un trabajo de investigación sobre el asesinato de un catequista y la lesión del menor Meinus Bagubau, el 26 de octubre pasado. El informe, que reconstruye ambos casos, precisó que Tigau, catequista del obispado de Timika en la región más oriental de Indonesia, fue asesinado a tiros por miembros de una operación conjunta del ejército y la policía de Indonesia en Kampung Jibaguge, mientras que Bagubau también recibió disparos y sufrió varias heridas el mismo día.
«Las violaciones de derechos humanos en Papua deben ser detenidas de inmediato, en particular las perpetradas por miembros de las fuerzas de seguridad indonesias, y se debe realizar sin demora una investigación independiente y creíble sobre los casos del asesinato del catequista católico Rufinus Tigau y de Meinus Bagubau, con la participación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y líderes de la Iglesia para llevar a los responsables ante la justicia», indicaron las organizaciones, al reiterar que el catequista católico indonesio «levantó las manos en señal de sumisión, pero lo mataron en el acto». «Desde diciembre de 2019, se ha llevado a cabo una operación conjunta entre el ejército indonesio y la policía en la regencia de Intan Jaya, como parte de los esfuerzos para luchar contra un movimiento de independencia de Papúa llamado Ejército de Liberación Nacional de Papúa Occidental (TPN-PB). Hubo varios episodios de tiroteos que causaron víctimas en ambos bandos, así como entre la población civil que vive en la zona», indicó el expediente. El informe reiteró que «este año hubo varios accidentes en la zona minera de PT Freeport Indonesia» y que «en dos ocasiones, los indígenas papúes fueron identificados erróneamente como miembros del TPN-PB y fueron fusilados por miembros de las fuerzas militares y de seguridad de Indonesia», mientras la guerrilla ejecutó a un trabajador.
El expediente precisó que Tigau se acercó ese 26 de octubre a las fuerzas de seguridad que habían rodeado la zona donde vivía y continuaban disparando para buscar un gesto de conciliación. «Tigau se acercó a los miembros de seguridad y les dijo: ‘Por favor, dejen de disparar. Debemos hablar con calma ¿Cuál es el problema?’ Un miembro del operativo le apuntó con un arma e inmediatamente levantó las manos en señal de sumisión. Sin embargo, lo mataron en el acto —a sangre fría—», precisó. En los continuos tiroteos, Meinus también recibió un disparo. Frente a este hecho, el ejército niega el incidente al acusar a Tigau de ser miembro del Grupo Armado Criminal Separatista, un término utilizado para indicar que se pertenece al TPN-PB. «La afirmación de que Tigau era miembro de la TPN-PB fue rechazada por el padre Martin Kuayo, administrador de la diócesis católica de Timika, Papua, quien confirmó que Rufinus Tigaus era un catequista pacífico de la diócesis», reiteró el informe.