El vicario apostólico de Anatolia y presidente de Caritas Turquía, Paolo Bizzeti, precisó que «cada 15 días» dan «paquetes de alimentos a las familias de la zona —en el sur, en Iskenderun—, que son mayoritariamente musulmanas». Desde 2018, el país se encuentra con un periodo de crisis económica, pero el nuevo coronavirus la exacerbó. La cifra oficial de desempleo ronda el 13% en tiempos de pandemia. Si se tienen en cuenta las fluctuaciones del mercado y las solicitudes de las personas que buscan empleo, la cifra de los que no tienen un trabajo estable y efectivo ronda los 10.000.000, es decir, el 40% de la población total económicamente activa.
Bizzeti indicó que en Turquía, como en todos los países afectados por el coronavirus, «hubo repercusiones negativas en términos de economía y empleo», pero «lo que importa es que la pandemia no asfixia, sino que alimenta la solidaridad” entre cristianos y musulmanes. «En el último mes la lira turca recuperó alrededor de un 10% de su valor, pero por otro lado sigue habiendo signos negativos, como el aumento del desempleo. Entre los más perjudicados están los refugiados, en particular los que vienen de Irak, que no pueden conseguir un trabajo adecuado y tienen que vivir de las ayudas y de las organizaciones humanitarias, como Caritas», enfatizó.
Afirmó en medio de la pandemia y la crisis económica hay signos positivos de una «solidaridad renovada, como suele decir el Papa Francisco, que afirma que solamente juntos podemos superar las dificultades». «En Iskenderun, en Caritas, llegamos a un acuerdo con el jefe del distrito y cada 15 días damos paquetes de alimentos a las familias de la zona, que son mayoritariamente musulmanas. La acción de Caritas se amplió, en comparación con los límites tradicionales, que solían abarcar a los refugiados cristianos o los pobres que tenían como punto de referencia el circuito eclesial», sostuvo el presidente de Caritas Turquía, al referirse a los alimentos.
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